Whitney Houston
El chófer de Whitney Houston: «Bobbi quería ser igual que su madre y ahora ha seguido sus pasos»
Bobbi Kristina Brown parece tener las horas contadas según qué versión se elija. Su familia, dicen fuentes cercanas al hospital donde se encuentra ingresada la joven desde el sábado, ya se ha hecho a la idea de que el final será trágico, que no hay nada que hacer por su vida después de que apareciera flotando boca abajo en la bañera de su casa, aunque puede que se haya exagerado su estado actual. Las primeras versiones aseguran que cuando la encontró el hombre que ella llamaba su marido, Nick Gordon, probablemente había pasado ya mucho tiempo, y que para cuando llegaron los servicios de emergencia la situación era casi incorregible. Ahora, la máquina que controla su respiración artificial es su cordón umbilical a la vida, a la espera de que su padre, su abuela y el resto de familiares que están con ella en un hospital de Atlanta decidan si desconectarla.
Aún se desconocen los motivos que la llevaron a terminar en tan lamentable estado, si la arrastró el dolor por seguir sufriendo la ausencia de su madre, la diva del pop Whitney Houston, y si estuvo acompañada por las drogas antes de perder el conocimiento como le sucedió a la intérprete de «Greatest Love of All», fallecida en similares circunstancias hace casi tres años, el 11 de febrero de 2012.
Excesos en la limusina de mamá
Según la Policía local, no se hallaron indicios de droga en la escena del incidente, pero fuentes policiales citadas por el portal «TMZ», aseguran que un segundo registro dio con sustancias que pudieron tener que ver en el presunto ahogamiento de la joven de 21 años. No sería de extrañar. Tienen y han tenido una poderosa influencia en ella. Su madre falleció con altas dosis de cocaína en su cuerpo, y su padre, el rapero de 46 años, también tuvo una intensa relación con las drogas durante mucho tiempo. De hecho, y al calor de lo que le está pasando a su hija, ha hablado gente de su entorno como Al Bowman, el que fuera chófer de las dos estrellas de la música durante años en Los Ángeles. Según el relato de Bowman al diario «Daily Mail», cuando Brown sólo tenía cinco años tuvo que presenciar una escena que después se repetiría en numerosas ocasiones y que marcaría un camino de destrucción, que presuntamente la ha llevado hasta la muerte. Vio cómo su madre sostenía una pipa llena de crack, una droga a la que sus padres eran adictos. La niña saltaba en el asiento de una limusina camino del aeropuerto mientras su padre le pedía que se calmara, que «estaban haciendo cosas de adultos». Ya era algo habitual en 1998, y con Houston muy enganchada a la cocaína, no tuvo reparos en consumir lo que hiciera falta delante de la pequeña.
Ahora, parece haber seguido sus pasos hasta en eso, sin que su carrera como cantante juvenil terminara de despegar en ningún momento, pero con cierta inclinación hacia las drogas desde hacía tiempo, según informes previos que han visto la luz en la prensa del corazón. «Bobbi siempre quiso ser igual que su madre y ahora parece que ha seguido sus pasos», dijo el chófer. «Es descorazonador, una verdadera tragedia. Esta joven creció en un mundo en el que ningún niño debería vivir», concluyó. Es un testimonio experto, puesto que pasó casi dos décadas conduciendo para Houston y vio de primera mano cómo la cantante de Nueva Jersey fue adentrándose cada vez más en el mundo de la droga. Hubo una época incluso en la que circuló la leyenda urbana de que se había acostado con hombres de la calle tratando de conseguir droga, desesperada por la caída de su popularidad y por los abusos físicos y psicológicos a los que la sometió su marido durante su relación.
Mensajes en redes sociales
Bowman confirmó que Houston estaba tan fuera de control que la intentó ayudar, pero que fue imposible, llegando a quemar los asientos de la limusina en la que solía viajar junto a Brown y confesando, años después, sus muchos problemas en una entrevista exclusiva con Oprah Winfrey, algo que asegura comenzó después de casarse con Brown a principios de la década de los 90. Houston estaba tratando de recuperar cierto brillo en su vida y su carrera. La ayudó la separación de Brown y el contactar a quien la descubrió y ayudó a forjar su estrellato, Clive Davis. El célebre productor musical estaba trabajando con ella en la fiesta de los Grammy de 2012, y, horas después, apareció muerta en su habitación de un hotel en Beverly Hills, flotando en la bañera. Había pasado procesos de severa depresión, un estado en el que, al parecer, también estaba sumida su hija antes de que fuera encontrada inconsciente en su casa. Así lo denotan sus últimos mensajes y comentarios a través de redes sociales en los que decía echar mucho de menos a su madre.
Otra fuente que cita la revista «US» asegura que Bobbi estaba «deprimida y muy triste» y que el impacto de la temprana desaparición de Houston había tenido un efecto más demoledor de lo que muchos podían suponer a estas alturas. La factura de ese estado ha sido trágica, una muerte, de confirmarse, que conmoverá al mundo.
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