Premios Goya
Glamour en capas
Las transparencias pusieron la nota sexy a la gala
Son los premios paralelos que se reparten a los anhelados «cabezones»: el paseíllo por la alfombra roja –este año rosa– también recibe sus propios galardones y la competencia, afortunadamente, es cada vez mayor. A un año de celebrar sus tres décadas de historia, lo más destacado de estos Goya es, sin duda, que mantengan el nivel estilístico que desde hace cuatro años ha elevado a las estrellas patrias al limbo hollywoodiense. Hemos podido ver clásicos que siempre funcionan: «total looks» en rojos, blancos y el siempre elegante y resultón binomio blanco y negro. En lo que se han esmerado especialmente en esta edición las actrices españolas es en sumar sofisticación con las faldas de vuelo y los diseños estilo princesa y en arriesgar más en el uso de estampados y las transparencias. Pero si se trata de destacar quiénes han sido las verdaderas protagonistas de la noche en cuanto a «glamour» se refiere, sin duda habría que mencionar cuatro nombres: el de Goya Toledo, que, además de estar nominada como Mejor Actriz de Reparto por «Marsella» lució un Elie Saab absolutamente perfecto; Penélope Cruz, que ha sabido hacer un justo homenaje a Oscar de la Renta gracias a su diseño en azul marino con lentejuelas; Aura Garrido, quien encontró en su modelo de Jean-Paul Gaultier su aliado perfecto; y Bárbara Lenni, impecable con un diseño de Cavalli y joyas de Bulgari. La alta costura siempre da un brillo extra.
La excepción en la «red carpet»
Al acertado regreso de Penélope Cruz a los Goya sólo se le podría sacar un pero: que quizá se juzgue al diseño por su excesivo cancán; sin embargo, no tendría cabida en otro lugar que no fuese una alfombra roja. Pese a ser una joven con escaso estilo en su vida cotidiana, hay que reconocer que ha sabido convertirse en una de las mujeres con más personalidad en la «red carpet», con la que compensa la dejadez que en ocasiones muestra en su «setreet style». La veteranía ayuda en esta lides, por eso algo a destacar es que Nerea Barros, al igual que su colega Bárbara Lennie, menos experimentadas en este terreno, han sabido escoger «looks» perfectos y estar a la altura. A muchas estrellas del celuloide se les olvida que lo importante es que lleves tú al vestido, que lo domines, no que él te pueda. En ese caso, lo más recomendable es siempre cambiar de modelo y apostar por algo más apropiado. Creo que este ha podido ser el caso de Celia Freijeiro: a pesar de que llevaba un vestidazo de Vera Wang pcon motivos florales, creo que no se acababa de sentir del todo cómoda con él.
Otra de las mujeres ineludibles en la gran noche del cine español fue, sin duda, Alexandra Jiménez, que lució un Santos-Costura –una firma española a descubrir– que recogía una de las tendencias que dieron nivel a la gala: la capa. La lucieron también Elena Anaya, de Sybilla, y Aura Garrido, con un Jean-Paul Gaultier. Recogen así, aunque sea con cierto retraso, la moda que inició Gwyneth Paltrow con el Tom Ford que lució hace dos años en los Oscar. Otro aspecto a destacar es que se aprecia, por suerte, el trabajo de los estilistas. Los intérpretes españoles parece que han entendido que deben dejarse asesorar y ayudar por los expertos como desde hace décadas lo hacen sus colegas al otro lado del charco. En ese sentido, aunque el diseño de Carolina Herrera NY de Juana Acosta no fuera de los favoritos de la noche, hay que reconocer que la actriz llevaba el «clutch» perfecto, la joya adecuada y el peinado ideal. Tenía un «look» diez de los pies a la cabeza y eso sólo se puede conseguir con el trabajo de los asesores. Como curiosidad, dos de las intérpretes que el año pasado habían sido las mejor vestidas, Toni Acosta y Macarena García, no acabaron de convencer en esta edición y no han alcanzado el alto listón que habían dejado en 2014. Para los mujeres de a pie, las tendencias que se pueden extrapolar de la «red carpet» a los «looks» de la calle son los favorecedores vestidos con capa y el blanco y el rojo como colores de referencia: aportan luz e intensidad a cualquier prenda. Entre los complementos, Bárcenaha sacado sus mejores joyas y, sin lugar a dudas, fueron las más bonitas de la gala y las joyas de Rabat de Clara Lago. Y, por supuesto, a destacar también la osadía de Macarena Gómez, con un Caprile entallado venciendo el cliché de que las embarazadas tienen que vestir prendas sueltas. Todo un acierto.
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