Casas reales

900 caballos felicitan a Isabel II

La reina más longeva en el cargo celebra su noventa aniversario en los jardines del castillo de Windsor ante 1.500 participantes en una ceremonia donde la música adquirió el protagonismo.

La gigantesca tarta de la monarca apareció arrastrada por un Land Rover Discovery
La gigantesca tarta de la monarca apareció arrastrada por un Land Rover Discoverylarazon

La reina más longeva en el cargo celebra su noventa aniversario en los jardines del castillo de Windsor ante 1.500 participantes en una ceremonia donde la música adquirió el protagonismo.

La reina Isabel lleva desde el 21 de abril celebrando su cumpleaños, pero el musical con caballos repasando los 90 de la monarca más longeva en el cargo, que le organizaba su hijo Carlos la noche del domingo en los jardines de su castillo de Windsor, fue un derroche con 1500 participantes y 900 caballos. Asistió toda la familia real.

The Queen’s 90th Birthday Celebration contó con Helen Mirren, la actriz que interpretó a Isabel II, y con el mayordomo de «Downton Abbey», Jim Carter, para relatar los hitos de su vida: ambas guerras mundiales, dos Juegos Olímpicos, la llegada del hombre a la Luna, su primer poney, las clases de piano, la boda, la coronación y su propio reinado. Y todo ello como si fuera un musical de Covent Garden interpretado por Shirley Bassey, Andrea Bocelli, la soprano Katherine Jenkins y Kylie Minogue, que fue un visto y no visto porque en ese momento sobre la arena evolucionaban unos caballos blancos que la eclipsaron.

Por contra, el momento de máxima expectación fue cuando todos los invitados en pie, más los intervinientes del «show» y su propia familia, a todo pulmón le cantaron el «cumpleaños feliz» mientras aparecía una gigantesca tarta tirada por un Land Rover Discovery. De hecho, Jaguar y Land Rover son proveedores reales y es el coche en el que se desplazan ella y toda su familia desde 1948. De ahí que la subida a casa, después de escucharnos, fuera en un Range Rover híbrido, exacto al de su hijo Carlos, que iba detrás. La reina, de verde agua con su bolso negro, su collar de perlas, los guantes blancos, que no se quitó, junto a su marido hicieron una majestuosa entrada en una carroza con la coronita en el techo, tirada por cuatro caballos blancos. Fueron recibidos por Camila de blanco y Carlos de esmoquin, el único de los varones reales que llevaba uno convencional. Su padre, Felipe, y sus hijos, Guillermo y Harry, los lucieron con solapas y puños en rojo a juego con el abrigo comprado en Zara por 49 libras que lucía Kate Middleton.

Así, Isabel II, que ha fulminado todos los récords de permanencia en el cargo, 63 años, sigue festejando su onomástica. LA RAZÓN asistía a la apoteosis de las celebraciones en su palacio favorito, el de Windsor, que es el que ella considera su «casa». Elizabeth Regina, ER, recibía en sus jardines un regalo en forma de musical efímero de casi tres horas.

Un desfile animal

Mientras su marido se tapaba los oídos por las salvas de honor y el rey de Bahrein, sentado a su derecha, brincaba como el resto de invitados, ella ni se inmutaba, hasta que emocionada vio a sus equinos favoritos desfilar ante ella, a sus Jaguar Unión Jack FType que eran banderas inglesas volando a 300 km/h, a sus inseparables perritos, que ya se les veía algo mayores, a sus vacas e incluso a los cuatro familiares que echábamos en falta: sus hijos Ana y Eduardo y las nietas amazonas, Zara Phillips y Lady Louise. Allí supimos que los perros labradores del Rey Emérito español descienden de la línea Sandringham, los que cría Isabel II en su palacio, que los perritos corgis y cavallier comen cuando ella les da la orden y que su nieta Beatrice, hija de Sarah Ferguson, es como todas las jóvenes y no para de chatear con su móvil aunque desfilen ante su abuela representantes de los 53 países de la Commonwealth.