Briatore se confiesa: «Me he estirado la cara un poquito, lo justo»

Uno de los magnates más famosos de Italia, Flavio Briatore, de 66 años, se ha confesado en una amplia entrevista, la más personal concedida en los últimos tiempos, al diario transalpino «Corriere della Sera». Las revelaciones más esperadas tienen relación con su renovado aspecto físico. El pasado febrero el empresario italiano posaba con su actual esposa, Elisabetta Gregoraci, en su cuenta de Instagram con un aspecto visiblemente mejorado, hasta el punto de levantar sospechas sobre una posible operación de cirugía estética. Hasta ahora no había reconocido pasar por quirófano, limitándose a admitir que había cambiado sus hábitos alimenticios.

«He perdido 15 kilos siguiendo la dieta del farmacéutico Alberico Lemme», afirma el ex jefe del equipo Renault de Fórmula 1. «Pero ha tenido que pasar algo más en su rostro, un retoque, un lifting...», le responde la periodista. «Estaba gordo, tenía la doble papada», sigue el magnate sin concretar. «Pero luego adelgazó el rostro, estirándolo...», rebate la entrevistadora. Finalmente, Flavio Briatore termina confesando: «Me he estirado la cara un poquito, lo justo. No se trata de cirugía estética: me han aplicado unos hilos tensores en el contorno del rostro que tiran hacia arriba los tejidos. No tengo ni siquiera una cicatriz. Es tan sólo medicina estética».

Entre las historias sentimentales más aireadas de Flavio Briatore está la que tuvo con la modelo alemana Heidi Klum. De esa relación nació Leni, hoy de 11 años: «Ella es mi hija natural, pero actualmente es la hija del cantante Seal. Heidi, Seal y yo tenemos una relación estupenda, y en su día pensamos, de forma consensuada, que tenía más sentido que él la adoptara, porque una niña debe crecer dentro de una familia». Briatore nunca la reconoció. El motivo: «Nació cuando Heidi y yo nos dejamos. Ella vivía en Los Ángeles y yo en Londres, y la distancia se había convertido en insostenible. Ella empezó su relación con Seal, y fue él quien cuidó de mi hija», explica. «Leni y yo nos vemos regularmente y, al ser hija de Seal, sé que nunca ha sido una niña abandonada».