Casa Real

Doña Sofía y la Infanta Pilar hablan en inglés

La Reina Emérita acudió ayer al Rastrillo, en su última jornada, compró regalos y comió con su cuñada

A su llegada al pabellón de Cristal de la Casa de Campo, la gente se arremolinó para saludarla
A su llegada al pabellón de Cristal de la Casa de Campo, la gente se arremolinó para saludarlalarazon

La Reina Emérita acudió ayer al Rastrillo, en su última jornada, compró regalos y comió con su cuñada.

Más de dos horas estuvo ayer la Reina Doña Sofía recorriendo el Rastrillo de Nuevo Futuro. Entró, nunca mejor dicho en «olor de multitudes», entre un pasillo de gente que la aclamaba y aplaudía. Tanta era la pasión que tuvo dificultades para comprar a sus anchas, como a ella le gusta. Aún así se llevó sus décimos de lotería, unos abanicos, una corona de Navidad y hasta un cuadro. Pero lo mejor de todo fueron los dos tápers con comida que se llevó. Fue lo que más ilusión le hizo. Uno, con cuatro huevos duros rellenos de atún y tomate casero y el otro, con una generosa porción de tarta de queso, que no pudo comerse, en ese momento, por todo lo que repitió en el bar El Capricho de su sobrina Simoneta. Allí recaló a tomar un avituallamiento y para charlar de sus cuitas con su cuñada la Infanta Pilar. Entre ellas hablan en inglés.

«¿Cuánta ginebra le echo?»

Después de almorzar los huevos rellenos, canapés de cangrejo y tortilla de patatas, que les preparó la chef «Cuqui» María Moreno Luque, no le quedaba sitio para la tarta, así que le prepararon unos táperes y se los llevó para cenar en casa. Era tal la sorpresa que le causó la salsa rosa del cangrejo que le pidió la receta a «Cuqui», quien la compartió con Su Majestad. El secreto era poner un poquito de ginebra. «¿Pero cuánta ginebra le echo?», indagó Doña Sofía. «Eso, señora, es a ojo, tiene que ir probando». Tan a gusto estaba que se les fue el santo al cielo. «La Reina se ha ido comida, ha repetido de todo y ya le hemos dicho que el año próximo tiene que venir al principio para comprar relajada», apuntaba a LA RAZÓN la Infanta Pilar, presidenta de honor de Nuevo Futuro, que hacía balance y reconocía que este año El Rastrillo ha superado el número de visitas por lo que ha sido un éxito el adelanto de fechas.

Quizá uno de los días clave fue el jueves cuando se subastaron en El rincón del gourmet las chaquetas donadas por Don Juan Carlos y alcanzaron una recaudación de 2.000 euros en total. Una fue para el marqués de Vargas y otra para Bosco González del Valle, que cuando las usen podrán sentir la firma bordada con las iniciales SM Juan Carlos. En la misma jornada, doña Margarita ganó en la rifa una enorme cesta de fruta, pero a ella más que pujar, lo que le gustan son las rifas.