Inditex

El imperio Ortega: Un negocio para cada hija

El empresario gallego tiene muy bien preparada la sucesión y conseguirá que el accionariado de sus millonarias empresas no se divida, evitando así, además, la guerra familiar

Marta y Sandra Ortega / Efe y Gtres
Marta y Sandra Ortega / Efe y Gtreslarazon

El empresario gallego tiene muy bien preparada la sucesión y conseguirá que el accionariado de sus millonarias empresas no se divida, evitando así, además, la guerra familiar.

AMarta Ortega, la hija más mediática de Amancio Ortega, fundador y máximo accionista de Inditex, siempre se le asume como la heredera de la fortuna de la familia. Muchos se olvidan de que su progenitor tuvo con su primera esposa dos hijos más: Sandra y Marcos, fruto de su matrimonio con Rosalía Mera, la mujer con la que fundó su imperio y que hasta su muerte fue la más rica de España y una de las más acaudaladas del mundo. Como su madre, Sandra tiene un perfil mucho más bajo que Marta, convertida en algo así como la gran representante de la nueva jet set que, además, ha conseguido en los últimos tiempos que Amancio empiece a vivir de una manera más en línea con su posición económica.

El empresario ha comprado varios barcos, pisos y hasta le llegó a construir un hipódromo, Casas Novas, uno de los mejores de nuestro país, a Marta, gran aficionada a los caballos. Esta información, lejos de querer ser una crítica, pretende ser todo un piropo, ya que puede resultar un placer ver cómo alguien gasta (o invierte) el dinero con tanto gusto. Todavía tenemos en la memoria el altar que le encargó Marta al artista Anish Kapoor para su boda y las flores que pidió también en esa ocasión a Thierry Boutemy, el hombre que decoró, entre otras cosas, el primer desfile de alta costura de Raf Simons en Dior, quizá uno de los más espectaculares que recordamos en los últimos tiempos.

Por otro lado, la mayor de los Ortega prefiere un papel mucho más discreto, liderando la Fundación Paideia Galizia, fundada por su madre en 1986, una organización con la misión de «fomentar el empleo de colectivos en desventaja, la igualdad de oportunidades y el desarrollo económico», según se lee en su web, y desvinculada de la dirección de Inditex, pese a ser la segunda accionista después de su padre (posee un 5%). Eso sí, su marido, Pablo Gómez, a quien conoció en su adolescencia, forma parte del consejo. Pero ella enfoca su negocio más hacia el terreno inmobiliario, sector en el que opera a través de Ferrado Inmuebles,que depende del holding Rosp Corunna, y con el que ha multiplicado sus inversiones en los últimos años, ampliando incluso los países en los que está presente (España, Estados Unidos, Alemania y Portugal). También constituyó en 2017 Ferrado Nacomporta, enfocado a la promoción y explotación de establecimientos turísticos y con el que va a desarrollar un resort en el sur de Portugal de la mano del gigante luso Sonae, una sociedad con 40.000 empleados, propietaria, entre otras de marcas, de Worten o Continente.

Marta, por su parte, está más involucrada en el negocio de la moda. No solo tiene presencia en el consejo de administración (en el que figura como vicepresidente de Partler 2006, una de las dos sociedades con las que Amancio controla la compañía), sino que además sigue de cerca el devenir de la firma Massimo Dutti, marca por la cual siente una especial predilección y en cuyos eventos siempre se la suele ver. Además, la propia firma (la única no fundada por el grupo, sino adquirida en su totalidad en 1995 y con sede en Cataluña) creó una línea enfocada al mundo de la hípica, muy en sintonía con los gustos de la pequeña de los Ortega. Si Sandra heredó la parte de Inditex que pertenecía a su madre, Marta hará lo propio con la parte que pertenece a la suya, Flora Pérez, que además en los últimos meses incrementó su participación en la compañía.

¿Pero cómo se acabará dividiendo el inmenso patrimonio de Amancio Ortega? Desde hace un tiempo se viene indicando que aunque todos hablemos de Marta como la heredera, será Sandra la mayor accionista de Inditex, según el reparto que, aplicando la ley, debería hacerse de la herencia. Pero personas cercanas a la familia han asegurado a este periódico que las intenciones del fundador son otras y que ya está decidido el reparto del inmenso patrimonio del multimillonario gallego. Si bien Marta y Sandra, por lo que se conoce, no tienen un trato muy cercano (han llevado vidas paralelas y Sandra ni si quiera acudió a la primera boda de Marta), el patriarca no va a dejar a ninguna perjudicada en su testamento.

De hecho, la situación actual de ambas tiene mucho que ver con el reparto que se hará. Según nos confirman, Amancio legará la empresa textil a Marta, que se está formando para su dirección, mientras que el inmenso patrimonio inmobiliario que controla a través de Pontegadea Inmobiliaria pasaría a Sandra, ya trillada en los temas del ladrillo. La hija mayor se quedaría por tanto con una de las joyas del patriarca, la mayor empresa de su sector con locales alrededor de todo el mundo.

Resultados agridulces

Por su parte, la pequeña de los Ortega pasaría a ser la máxima accionista de Inditex, controlando el 59,29% de la compañía: el paquete de acciones que pertenece a su progenitor y que controla a través de dos sociedades, Gartler y Partler 2006, cuyas vicepresidentas son su madre, Flora Pérez, que, como hemos comentado, también tiene acciones propias en la compañía, y la propia Marta. Este gigante textil logró en 2017 un beneficio récord de 3.157 millones de euros, lo que la consolidó como la gran empresa de su sector a nivel mundial, por delante de nombres como H&M, GAP o Uniqlo. Ésta última acaba de desembarcar en nuestro país y tiene como uno de sus leitmotiv superar a Inditex, aunque, en los últimos meses, es una idea que parece haber olvidado.

Desde que Amancio Ortega se retirara de la presidencia de Inditex, Pablo Isla, considerado uno de los mejores directivos del mundo, pilota la compañía que esta semana presentó sus resultados del primer trimestre con un sabor agridulce, ya que tuvo el menor crecimiento en dos décadas (un 1,53%, lejos del doble dígito que acostumbra) aunque con un beneficio de 668 millones. Factores como la climatología o la temprana Semana Santa justifican, al parecer, estos resultados. De todas formas, las alarmas no han saltado en la compañía, que sigue siendo una máquina de hacer dinero y toda una referencia del textil español.

Como comentan las fuentes cercanas a los Ortega, con este reparto de la fortuna de Amancio Ortega, cada una se quedaría con una empresa líder en su sector en nuestro país y conseguiría así que el accionariado de ambas no se dispersara y se mantuviera en la familia, que sigue siendo quien controla la mayor parte de las empresas y no solo en el accionariado, sino también en los puestos directivos, ya que no solo Marta, Flora y Pablo, el marido de Sandra, están en el consejo, sino que podemos encontrarnos también hermanos de la mujer actual de Ortega en destacadas posiciones en Inditex. El futuro parece estar ya fijado y en muy buenas manos, ya que nadie duda de la preparación de las futuras herederas y de los equipos que las rodean.