Casas reales
El discreto primer día de guardería del príncipe Jorge
El primogénito de los duques de Cambridge asistió al colegio de la mano de sus padres
El primogénito de los duques de Cambridge acude por primera vez a una guardería con anorak y una mochila a la espalda, momento inmortalizado por su madre
El príncipe Jorge fue ayer, por primera vez, a la guardería. En la puerta no había fotógrafos para inmortalizar el momento ni tampoco los fans habituales de los «royals». Los duques de Cambridge siguen pidiendo respeto a su privacidad y en un intento por dar a sus hijos una vida lo más normal posible quisieron vivir el gran día en la intimidad. No fue hasta última hora de la tarde cuando Kate publicó dos imágenes del pequeño frente a un mural de la guardería. Las tomó ella misma, algo que ya es la tónica habitual de Palacio.
- Continúa la tradición
El príncipe Guillermo fue el primer miembro de la familia real en ir a la guardería en vez de comenzar su educación en Palacio. Y ahora su hijo sigue sus pasos. El heredero de la corona británica, que en julio cumplirá tres años, aparece en las imágenes con su cartera y el mural del patio de fondo. Westacre Montessori School cobra a sus alumnos –alrededor de 20 niños de entre dos y cinco años– 5,50 libras (7,47 euros) por hora o 33 libras (45 euros) por día. Sigue el método de la médico italiana Maria Montessori, que desarrolló un nuevo enfoque para la enseñanza en el siglo XX en el que los menores asumen la responsabilidad de su propio aprendizaje.
El centro está muy cerca de Anmer Hall, la mansión a la que los duques de Cambridge se mudaron en mayo del año pasado tras el nacimiento de su segundo hijo, Carlota, buscando el anonimato que no podían conseguir en Londres.
Se trata de una casa de campo de estilo georgiano construida en el siglo XVIII. Está situada en una pequeñísima aldea perteneciente al condado de Norfolk (al este de Inglaterra). Como dato, cabe destacar que ni siquiera tiene pub y en el censo tan sólo aparecen 63 vecinos. La villa fue un regalo de Isabel II tras la boda de Kate y Guillermo y, aunque a priori podría parecer un sitio un tanto atípico para el día a día de un matrimonio tan joven, ellos se muestran encantados.
La vivienda es en sí una fortaleza aislada, apartada de miradas indiscretas y alejada de todo protocolo. El Palacio de Kensington, situado en el centro de Londres, sigue siendo su residencia oficial, pero Anmer Hall es su hogar. Los conceptos son muy diferentes y Kate respira al fin tranquila, porque no soportaba más la presión de vivir en la capital.
- Anonimato en Norfolk
Los residentes son sumamente reservados a la hora de dar detalles sobre sus vecinos, algo que los duques agradecen, aunque los periódicos ya han contado que Kate es una más de la comunidad. En especial, le gusta llevar a sus hijos a la granja Snettisham Park de Norfolk, donde el pequeño Jorge disfruta con los animales. Las personas que trabajan allí están tan familiarizadas con la duquesa que ésta llama a muchos por su nombre de pila.
Una vez más, el Palacio de Kensington ha dado las gracias por el respeto a la privacidad que los medios están ofreciendo a los «royals». En otras casas reales, el primer día de guardería del heredero habría sido un gran acontecimiento. Pero está claro que Kate y Guillermo prefieren hacer las cosas a su manera.
Kate, la fotógrafo oficial
La duquesa de Cambridge demuestra una vez más su pasión por la fotografía y su ojo artístico con esta imagen de su pequeño. Aunque en varias ocasiones la pareja sí ha contratado a fotógrafos profesionales como Mario Testino y Chris Jelf, muchos de los momentos más especiales de la familia real han sido inmortalizados por la propia Kate. Las primeras imágenes de Jorge con Carlota, su hermana menor, fueron tomadas por ella, igual que las que conmemoraron los seis meses de la niña el pasado noviembre. Es parte del esfuerzo de los duques por mostrarse más cercanos al pueblo inglés y, a la vez, por dar a sus hijos una niñez más normal.
El futuro rey británico sigue los pasos de su padre y su tío, el príncipe Enrique, que también pasaron por una guardería que seguía los principios de la pedagoga italiana Maria Montessori (1870-1952).
El centro Westacre Montessori cobra 5,50 libras por hora (7,42 euros) y recibió en junio la calificación de "bueno"(por debajo de "excelente"y por encima de "satisfactorio") por parte del Ofsted, el organismo que supervisa los colegios en el Reino Unido.
"Los niños están interesados y motivados para participar en las actividades. Los profesores tienen un conocimiento sólido sobre cómo aprenden y se desarrollan los niños", señala el informe de la última inspección del Ofsted.
El organismo no otorgó a la guardería con su máxima nota dado que considera que "los profesores no siempre aprovechan las oportunidades para promover el aprendizaje de los niños".
Efe
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