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¿Es cateto decir «de toda la vida»?

Carmen Lomana en la gala de Starlite, en Marbella
Carmen Lomana en la gala de Starlite, en Marbellalarazon

Cuántas veces hemos escuchado esa frase de: «Es gente de toda la vida». Me resulta de lo más reaccionaria y pasada de moda, porque, vamos a ver, ¿cuándo empieza la vida? Para algunos que van de lo más, empezó hace 50 años con el «boom» de la construcción que les enriqueció y pasaron de albañiles a ser millonarios y tener un estatus social bastante privilegiado, otros quizá cuidaban y vendían ganado y se convirtieron en terratenientes y ganaderos a principios de siglo. También están los viñateros en los que encontramos apellidos ingleses que llegaron a tierras andaluzas y ahora, como dice un amigo mío, en Jerez o te apellidas Osborne o eres caballo... y otro nombre muy de toda la vida está en salsas y aceites. Todo esto si lo comparamos con los títulos otorgados por la Corona en la época de la Reconquista a los que se premió con tierras y nobleza son unos advenedizos... Por eso pregunto: ¿Quién es de toda la vida? ¿Cúando empieza esa vida?

Yo personalmente lo que quiero es gente contemporánea, moderna, progresista, con nuevas ideas y mentalidad emprendedora. Personas que apuesten e inviertan en cultura, que es lo único que salva a una sociedad bastante alienada y sin mucho criterio, savia nueva que se deje de esas cursiladas «de toda la vida» y que aporten aire fresco con talante abierto y democrático no queriendo marcarse y diferenciarse de los demás con esas frases hechas.

- Humildad y sencillez

Lo único que realmente nos diferencia a unos de otros es la educación y la cultura, así como la humildad y la sencillez, cualidades que cada día valoro más y que casualmente siempre encuentro en las personas que realmente son importantes. Aquí en Marbella hay mucha gente «de toda la vida» de varios países, pero especialmente de Alemania y Austria. Entre todos ellos destacaría por su enorme sencillez y trato adorable a la princesa María Luisa de Prusia y su marido el conde Rudi, como se le llama cariñosamente dado lo difícil de pronunciar su apellido para los andaluces. Ellos son un claro ejemplo de lo que debe ser un aristócrata, siempre dispuestos a ayudar y comprometidos con la sociedad y el pueblo marbellí. Hay otros muchos conocidos por todos pero no siempre son amables y educados. Más bien se comportan con arrogancia y displicencia, especialmente una princesa que se destaca por un apellido que evoca actitudes de mando. Adivinen ustedes quién puede ser.

Y hablando de Marbella les diré que este verano no puede estar más divertida y llena de actividades para todos los gustos. Las playas con magníficos chiringuitos en los que se come divinamente. Por la noche tenemos un sin fin de estupendos restaurantes llenos de ambiente y gente guapa donde poder ir. Esta Top Top, Puente Romano con su patio en el que triunfan varios restauradores capitaneados por Dani García y luego se puede continuar bailando y tomando una copa en Suite. También tenemos Finca Besaya con estupendo ambiente hasta el amanecer y qué decir de nuestra adorada Olivia Valere y su Babylonia que te transporta a un mundo de Las mil y una noches. Otro clásico que les recomiendo con su magnífico jardín lleno de flores preciosas y su arquitectura marbellí «de toda la vida» es La Tirana. Se sentirán abducidos por los aromas del sur.

Pero lo que realmente es un bombazo para Marbella y la Costa del Sol es el Festival de música Starlite ubicado en un lugar mágico (una antigua cantera) con un sonido espectacular, lleno de pequeños restaurantes donde poder cenar por precios muy módicos y con un ambiente tan fantástico y una energía tan buena que te envuelve y es imposible abandonarlo. Y así, entre playa, fiestas y conciertos, sobrevivimos a este verano maravilloso y alegre con actividades para todos los gustos y bolsillos. Marbella siempre digo que es una opción de vida en la felicidad y esa felicidad, aunque sólo dure un espacio de tiempo corto es lo que todos buscamos en nuestras vacaciones.

Esta noche, en el Marbella Club, Hubertus Hohenlohe nos ha organizado una «Flower Power» en la que evocaremos nuestros momentos hippys en los que decíamos: «Hagamos el amor y no la guerra». Éramos muy románticos y soñadores, y como los viejos rockeros nunca mueren, seguimos siéndolo y soñando.