Moda
Falso espejismo
Estas últimas semanas las he pasado haciendo y deshaciendo maletas, saltando de un avión al AVE y de éste al coche, de tal forma que ya no sé ni dónde estoy. Por la noche me despierto totalmente desubicada. Este ajetreo se debe en parte a la cantidad de inauguraciones de tiendas Top Queens a las que acudo como imagen de la firma que está arrasando con sus fantásticas colecciones a un precio que resulta increíble: 25 euros€ cualquier prenda o complemento. Es una experiencia enriquecedora conocer infinidad de ciudades y de personas que se lanzan en principio como posesas a la caza de una foto conmigo, algo que agradezco muchísimo, pero también me asombra ese afán por la foto que ha sustituido al ya anticuado autógrafo. Estos eventos me dan la oportunidad de conocer a muchísimas mujeres, y también sus inquietudes por la estética, estilismos y cómo mejorar físicamente. Nadie me habla de sus inquietudes intelectuales o de la historia de la ciudad que visito. Creo que la lucha de las mujeres por tener su lugar en la sociedad más allá del mero papel de «esposa florero» se está desvaneciendo cuando pienso en Kim Kardashian, personaje absolutamente vulgar y para mis parámetros estéticos deforme. A base de kilos de silicona en sus nalgas y pechos, es el ejemplo a seguir de millones de mujeres y adolescentes. Como decía Marta Michel: «El feminismo va de culo». Operarlo es la última moda, y todas como borregos van llenando las consultas de los cirujanos plásticos. Pasar por el quirófano no es ninguna broma, pero aun así causa furor. Es la operación que más ha aumentado en EE UU y, para rematar esta absurda moda, Donald Trump ha soltado otra de sus perlas: «No importa lo que la prensa escriba de ti mientras tengas un joven y bello pedazo de culo a tu lado». ¿Será posible que este ser abominable pueda llegar a presidente de EE UU? Para él, la mujer es una mercancía para deleite de los hombres. Estamos viviendo una enorme contradicción: mujeres adolescentes en permanente exposición de postureo en Instagram con sus belfies (selfies de nalgas). En esta hipersexualización de la mujer hay un tremendo trasfondo machista. ¿Qué tienen que decir las intelectuales del feminismo ante este fenómeno? Si las mujeres no tienen criterio para decidir por ellas mismas sin dejarse llevar hasta agredir y cambiar la morfología de su cuerpo por cualquier personaje de medio pelo que se pone de moda, es que estamos viviendo un falso espejismo de igualdad.
Ante tanta vulgaridad y mal gusto nos queda el chic francés de una divina Carla Bruni entrando en París al desfile de Valentino y dando una lección de buen gusto, en contraposición a esta mamarrachada de aparecer en los desfiles a las 12 del mediodía con vestidos transparentes, prácticamente desnudas. Tenemos que revelarnos ante esta caída en picado hacia la ordinariez, queriendo llamar la atención como cualquier prostituta de Ámsterdam vendiendo su mercancía detrás de un cristal. Hay una palabra que prácticamente ha desaparecido de nuestro vocabulario, y es «pudor»... Pudor a vender la vida, las bodas, los divorcios, los bautizos... Vender todo en una permanente exposición y, después, tener la caradura de reivindicar el derecho al honor.
Esta semana tuve la oportunidad de conocer Orense, ciudad acogedora y con un fantástico comercio, un «Silicon Valley», de la moda ya que en esa provincia se concentran grandes empresas de moda creadoras de muchos puestos de trabajo. Terminé mi ajetreada semana en León inaugurando una nueva tienda, y ahora salgo hacia Marbella, porque tengo el gran honor de ser la pregonera de las fiestas de Ojen, uno de los lugares más bellos del mundo. Que pasen un fin de semana lleno de sonrisas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar