Casa Real

Gonzalo Caballero, el «maestro» de Felipe de Marichalar: «Froilán tiene un corazón fuera de lo normal»

Gonzalo Caballero, torero e íntimo amigo del sobrino del Rey, asegura que su profesión le ha hecho madurar a marchas forzadas, por lo que lleva una vida muy tranquila

Gonzalo Caballero
Gonzalo Caballerolarazon

Torero e íntimo amigo del sobrino del Rey, asegura que su profesión le ha hecho madurar a marchas forzadas, por lo que lleva una vida muy tranquila. De él dice que es una excelente persona, «con un corazón inmenso».

Gonzalo Caballero se baja del coche que le acerca hasta la terraza del restaurante Ramsés en la plaza de Alcalá de Madrid y lo primero que hace es estirarse la ajustada chaqueta y colocarse el cuello de la camisa. Es torero de fina estampa y de pocas risas. Algo de vida célibe sí que lleva. Ni él ni sus amigos, entre los que se encuentran los hermanos Marichalar-Borbón, Felipe J. Froilán y Victoria Federica, tienen reparos en compartir en las redes sociales fotos de ellos en las plazas de toros españolas, mientras disfrutan con las faenas de Caballero. Dada la profunda amistad del torero con el sobrino y también ahijado del Rey Felipe, ha decidido apadrinar la iniciativa solidaria del matador, que se encerrará con seis toros el próximo 7 de octubre en la plaza de toros de Torrejón de Ardoz. Lo recaudado irá a beneficio de la Fundación Aladina. Al primogénito de la infanta Elena sus amigos le llaman Felipe o «Filip», jamás Froilán. En el acto de presentación de la corrida benéfica en un hotel de Torrejón de Ardoz, el sobrino del Rey, que fue esquivo con la prensa, se sentó en la primera fila y después se dejó fotografiar junto a su amigo. «Don Felipe tuvo la idea y se decidió a apadrinarla en un gesto que habla de cómo es, del corazón que tiene. De él fue la idea de apadrinar la fila cero para implicar a todo el mundo».

–¿Cuándo se implica en la corrida benéfica Felipe de Marichalar?

–Hace un mes aproximadamente Felipe supo de mi intención de encerrarme con seis toros, se ofrece a ayudar de todas las maneras posibles y puesto que conoce cómo funciona la Fundación Aladina y la dureza de esta enfermedad, y más tratándose de niños, a él se le ocurre apadrinar la fila cero (el número de cuenta para ello es: Bankinter ES9501280024410500002863; concepto: donativo Fundación Aladina). Quiere hacer lo posible por implicar a todo el mundo para que se sume a esta iniciativa.

–Sus amigos dan la impresión de ser marchosos, pero usted parece muy serio para tener 25 años...

–El toreo te curte muy rápido. Hoy estás aquí y mañana, no. Esta profesión es tan dura que te hace madurar a marchas forzadas y, sobre todo, ser serio.

–¿Nunca ha hecho una gamberrada?

–Sí, claro que sí, pero mi profesión no te da margen para muchas cosas. Desde muy pequeño me fui a vivir solo a Sevilla, a 600 kilómetros de mis padres y hermanos. Cuando te metes en el campo solo, renuncias a tu juventud y a tus amigos por conseguir un sueño. Eso me hizo madurar pronto.

–¿Hace vida de monje?

–Pues sí, prácticamente así es. Los toreros durante la temporada hacemos vida de clausura porque el toro exige tanto como tu vida, ahí están las muertes recientes de dos compañeros en menos de un año y yo llevo ya siete cornadas en mi cuerpo.

–¿Conoce lo que es un botellón?

–Sí, claro que sé lo que es pero nunca he hecho ninguno. Alguna vez he ido a una discoteca cuando termina la temporada y eso solo es un mes al año. Empecé con 16 dedicándome las 24 horas del día de los 365 del año al toro y la verdad es que requiere toda mi dedicación y pocas discotecas. Me va bien y puedo vivir de mi profesión.

–¿En qué cree?

–En Dios. Desde pequeño me han inculcado unos valores cristianos y tengo mucha fe en Él. Vivimos en una sociedad muy hipócrita, parece que no se puede nombrar a la muerte y se engaña a la gente porque es fácil llamar asesino a un torero y luego comerse una hamburguesa de una vaca que tiene menos de un año y ha llevado una vida espantosa encerrada en un corral sin moverse.

–¿En qué animal se reencarnaría?

–En el que más amo, en un toro. Sin ninguna duda elegiría vivir cinco años en el campo, mejor que un rey, cuidado en la más absoluta virginidad en la que no se le puede tocar y llega a la plaza siendo el único animal que tiene la dignidad de poder matar al que le mata.

–Pocas profesiones tienen garantizado el riesgo de muerte...

–Sí, por eso para mí de pequeño los toreros eran lo más cercano a Dios que veía. Los veo con admiración por ser capaz de jugarse la vida a cambio de pasión. La muerte sirve de comparsa para dar sentido a la vida del torero. La muerte es algo muy duro pero ensalza al toreo porque así se ve la autenticidad. Esto no es una obra de teatro, ni una película, en el toreo se muere de verdad. Es el espectáculo más auténtico del mundo.

–¿Por cuánto dinero es capaz de jugarse la vida?

–No es el dinero lo que nos mueve, son los sentimientos. Son sensaciones que solo te las da el toro y cuando no las tienes te sientes muy vacío, por eso el torero es un personaje muy complicado. «El Juli», José Tomás o Ponce siguen toreando y no es por dinero, es que su cuerpo les pide seguir en la plaza porque te provoca un frenesí de sentimientos que si no los tienes no puedes vivir.

–¿Cuánto pesa?

–62 kilos

–Y se enfrenta a toros que son diez veces su peso...

–Por la sensación de vencer al miedo. El miedo es estar tapado en la cama y que fuera haga 40 grados; el miedo te aborda y lo defiendes con trabajo mental, es el morbo de ser capaz de salir a la plaza y poner todo al servicio del toreo.

–¿Dónde nace su pasión?

–Tengo fotos con tres años vestido de torero, pero no tengo antecedentes en la familia. Mis padres eran apasionados de este arte y yo iba con ellos a la plaza. Siempre hemos sido aficionados y también al fútbol. Mi madre para quitarme la afición a los toros me apuntó a fútbol, llegue a jugar con los alevines de una de las mejores categorías de Real Madrid.

–¿Cuántos toros le ha dedicado al «Cholo» Simeone?

–No ha venido nunca a verme a la plaza, pero sí estuve con él y le regalé un capote. Le llamó mucho la atención porque es algo muy especial ver a un hombre con un trapo enfrentarse a un toro de 600 kilos.

–Cuando muere un torero algunos dicen barbaridades...

–Es triste ver la incultura de esa gente. Como cualquiera tiene opinión en las redes sociales, pues se perjudica la imagen del toreo. Es una barbaridad reírse de la muerte de un ser humano. Lo peor es cuando un ignorante habla, cuando siempre ha sido el arte más venerado de este país. Picasso y Goya lo han pintado y Valle-Inclán admiraba a Juan Belmonte.

–¿Se liga más con el traje de luces?

–Cuando más te juegas la vida más llamas la atención de las mujeres y del público en general. Me siento torero hasta comiendo. El toreo es una danza que juega con la muerte y eso te hace sentirte torero las 24 horas del día y que las mujeres te admiren.

–Usted es doblemente Caballero...

–Me gusta serlo, mi madre, que es la mujer que más admiro en el mundo, me ha educado muy bien y me gusta tratar a las mujeres como reinas

–¿Cómo combate el mal fario?

–Cuando creo que hay algo que me da mala suerte o que es gafe, hasta que no rompo ese maleficio no paro, juego con ello. El año pasado estrené un traje canela y oro en San Isidro y un toro me atravesó el muslo de lado a lado, me volví a poner ese vestido en Santander y me dio dos cornadas, a la tercera que lo usé recogí un triunfo grande. Me gusta jugar con el destino, me produce cierto morbo.

-¿También controla las manías?

–No la tengo, quizá que quemo lo que escribo. Me gusta escribir para mí mismo, lo hago con mucha libertad, eso me sirve para liberarme y salir a la plaza a encontrarme conmigo mismo y con el toro, sin estar pendiente del instinto de supervivencia o de gustar al público.

–¿Y sus amigos?

–Soy una persona muy pura que me entrego de verdad y sé quién es de verdad y quién no. Luego te falla la gente, pero si eres honesto encuentras gente auténtica como yo. La vida me ha regalado amigos que son prácticamente hermanos.

–¿Cómo llegan a su vida Felipe Juan Froilán y Victoria Federica?

–Al primero que conocí fue a Felipe y me marcó mucho, cuando me lo presentaron porque tiene un corazón fuera de lo normal. Es una persona extraordinaria, avanzado para su edad. Es un hombre maravilloso, que lleva sus estudios extraordinariamente y la verdad es que disfruto mucho con él porque hemos compartido muchos momentos y es fantástico. A través de él conocí a su hermana que es igual que él, tiene un corazón tremendo. Son gente auténtica que llaman la atención al gran público porque pertenecen a la Casa Real y son personas extraordinarias.

–¿Cómo conoció a Felipe Froilán?

–Sinceramente no me acuerdo dónde fue y quién me lo presentó, pero sí puedo asegurar que es una excelente persona, con un corazón inmenso y que le molesta que le llamen Froilán.

–¿Cuántos toros les ha brindado a los hermanos Marichalar?

–Creo recordar que les he brindado uno a cada uno.

–¿Qué le meten en la montera cuando les brinda un toro?

–Eso es una costumbre del Rey Emérito, pero nunca ha venido a una corrida mía así que no he tenido oportunidad de brindarle un toro y no sé qué mete dentro, pero suelen tener un detalle de agradecimiento como invitarte a cenar.

–¿Que la familia del Rey le siga es un plus?

–Es buenísimo que vengan a verme y es un orgullo para mí porque eso significa que les gusta mi concepto del toreo, que se emocionan conmigo en la plaza y les gusta seguirme.