París
Hollande pone en marcha la «operación Kardashian»
Un robo millonario convertido en asunto de Estado. François Hollande ha dado indicaciones al Ministerio del Interior para que se utilicen todos los medios necesarios con el fin de esclarecer el robo de las joyas que sufrió en París la estrella televisiva
El presidente de la República Francesa, Françoise Hollande, ha ordenado a los responsables del Ministerio del Interior que utilicen todos los medios necesarios para esclarecer el millonario robo de joyas a Kim Kardashian. Un asunto prioritario, casi una «cuestión de Estado».
El presidente de la República francesa, Fran-çois Hollande, ha comunicado a través de su primer ministro a los responsables de Interior que el esclarecimiento (y recuperación) del robo de joyas que sufrió Kim Kardashian el pasado lunes es un asunto prioritario, casi una cuestión de Estado. El vecino país, que ha sufrido de manera especial los ataques del terrorismo yihadista, no se puede convertir, además, en un lugar inseguro para el turismo de alta capacidad adquisitiva. Quiere evitar que los hombres de negocios escojan, cuando se desplazan a Europa, la ciudad suiza de Ginebra, que trata de competir con París en este tipo de hostelería, como centro de sus actividades.
Resulta penosa y poco atrayente para esos potenciales visitantes, que se gastan mucho dinero durante su estancia en Francia, la imagen de cinco individuos, disfrazados de policías y a bordo de bicicletas, que robaron las joyas y dos teléfonos, por valor de diez millones de euros, que tenía Kardashian. Si no fuera por la gravedad del hecho, se diría que estábamos ante un pasaje de una película de Louis de Funès. Para colmo, la estadounidense se alojaba en un hotel (el Pourtalés), al que no puede acceder todo el público, aunque lo pueda pagar, sino una clase muy selecta y seleccionada, y no es redundancia. El establecimiento, al menos en teoría, contaba con sofisticadas medidas de seguridad, no sólo para proteger a sus clientes, sino también las obras de arte que cuelgan de sus paredes y adornan pasillos y habitaciones.
Kardashian forma parte de un turismo que la capital francesa maneja con gran discreción (hay otros dos hoteles como el Pourtalés en París). Estos establecimientos reciben a artistas, millonarios y personalidades de alto nivel económico: Leonardo DiCaprio, Madonna, Prince, Zlatan Ibrahimovic, presidente del PSG, y otros muchos a los que no les gusta que les molesten y, a veces, que se sepa dónde residen cuando están en la ciudad del Sena.
La investigación ha sido encargada por el Ministerio del Interior a la Brigade de Represión du Banditisme (Brigada de Represión del Bandidaje) de París. En cada departamento, hay una. Se trata de unidades especiales que se encargan de esclarecer los robos a mano armada, fraudes y delitos de gravedad, como es la sustracción de las joyas a Kardashian. Lo primero que han hecho los agentes ha sido, lógicamente, la reconstrucción de los hechos con el testimonio del conserje, que fue reducido sin dificultad, y de la propia víctima, muy afectada; el estudio de lo filmado por las cámaras de la zona y, como es habitual, el análisis del tráfico de llamadas telefónicas. Asimismo, los expertos estudian el «modus operandi» por si se asemeja a otros importantes robos de joyas que se han producido en la ciudad y que están aún sin esclarecer.
¿Es la misma banda a la que se ha llegado a poner el nombre de un personaje de dibujos animados, o se trata de otro grupo? El hecho de que el robo se produjera cuando el escolta de Kim, Pascal Duvier, que había neutralizado esa misma semana a un hombre que trataba de besarle el culo en un desfile de moda, estaba en una discoteca próxima protegiendo a las hermanas de la estrella, plantea la hipótesis de que los delincuentes pudieran tener información previa. Contaban con un dato muy importante que jugaba a su favor y que eliminaba una de las dificultades para cometer el robo.
- Ni casualidad ni suerte
En este tipo de hechos delictivos no existen la casualidad ni la suerte, sino que son planeados hasta el mínimo detalle por los que los cometen. Lo acontecido produce, al menos, sospechas. El escolta en una discoteca, el conserje que franquea la entrada de los ladrones, las medidas de seguridad que no ofrecen ninguna dificultad para los asaltantes, Kardashian sola en su habitación y la «traca» final de la huida en bicicleta.
Los agentes de la BRB, conscientes de que se encuentran ante un caso que, de ser resuelto, tendría un efecto mediático muy positivo para el turismo francés, trabajan con todos los medios y con distintas hipótesis. Esclarecer cómo pudieron los ladrones saber la noche exacta en la que se iban a unir todos los factores para que el robo se pudiera cometer sin dificultades es fundamental para terminar de resolver el misterio.
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