Estados Unidos
Joshua Kushner, el hermano «hipster» del presidente en la sombra
Mientras Jared, el marido de Ivanka, se ha convertido al Partido Republicano, es consejero de Trump y ya le apodan «el hombre que susurra al presidente», Joshua no renuncia a sus ideales demócratas. La guerra entre ellos estallará en cuanto la Administración de Trump ataque a la compañía de seguros médicos propiedad de Joshua, afín a la ley sanitaria de Obama
Mientras Jared, el marido de Ivanka, se ha convertido al Partido Republicano, es consejero de Trump y ya le apodan «el hombre que susurra al presidente», Joshua no renuncia a sus ideales demócratas
¿Qué hace aquí Joshua Kushner? El hermano del marido de Ivanka Trump, de 31 años, intentó salir del paso como pudo cuando le vieron en la manifestación de las mujeres en contra de Donald Trump el pasado sábado. «He venido como observador», respondió a los manifestantes que le reconocieron. Jared Kushner, de 36, al que ya conocen en Washington como «el hombre que susurra al presidente», apenas pudo ocultar que alguien de su sangre estuviera en la manifestación, pues en pocos minutos sus fotos recorrieron las redes sociales. Hechas las presentaciones, esta es la historia de dos hermanos que simbolizan a la perfección la división de Estados Unidos. Ambos son hombres altos, morenos y unidos a mujeres igualmente altas y rubias, que pese a encarnar el esteriotipo de matrimonio neoyorquino son la cara opuesta de la misma moneda: uno de derechas, otro de izquierdas; uno hizo fortuna con el tradicional negocio del ladrillo, el otro con las nuevas tecnologías; uno es un apologista de los líderes occidentales más divisorios; el otro, amigo de la élite liberal.
Joshua Kushner había acompañado a su hermano el día anterior a la ceremonia de toma de posesión de su suegro Donald Trump, en la que Ivanka y Jared tuvieron un lugar de preferencia. Ella será la «primera dama de facto», mientras Melania Trump, la esposa del presidente, se queda de momento en Nueva York, ya que no quiere cambiar a su hijo Barron, de 10 años, de colegio. Mientras, Jared se ha convertido ya en el consejero sénior del presidente. Para ello, ha examinado con un grupo de abogados durante los últimos meses cómo sortear las leyes antinepotismo.
Jared y Joshua nacieron en Nueva Jersey en el seno de una familia judía ortodoxa y tienen dos hermanas. Sus abuelos emigraron a Estados Unidos tras sobrevivir al Holocausto en Polonia. Joseph, su abuelo, trabajó de albañil hasta que consiguió reunir suficiente dinero para empezar a construir apartamentos. Con la ayuda de su hijo Charles, el padre de Jared y Joshua, sus propiedades crecieron hasta alcanzar un valor de 1.000 millones de dólares. A la vez, los hermanos se convirtieron en dos de los grandes donantes del Partido Demócrata en la Costa Este. Incluso a sus fiestas solía acudir el presidente Bill Clinton, al que en una ocasión le regalaron un instrumento de música utilizado tradicionalmente en las celebraciones hebreas.
Ambos fueron a colegios judíos ortodoxos y después a la Universidad de Harvard. Siempre estuvieron muy unidos, pero al terminar los estudios empezaron a tomar caminos diferentes. Jared optó por continuar con el negocio inmobiliario de la familia. Por su parte, Josh encauzó sus metas hacia las empresas tecnológicas. En un principio creó Vostu, una compañía de videojuegos para redes sociales como Facebook. Después fundó Unithrive, que ayudaba a los estudiantes de Harvard a conseguir préstamos estudiantiles de antiguos alumnos ricos. Más tarde invirtió en empresas de otros sectores y creó la compañía de seguros médicos Oscar, cuyo valor es de 2.700 millones de dólares, famosa por proporcionar pólizas con el «Obamacare», como se conoce a la ley sanitaria de Barack, en la que invirtió el propio Jared. Sin embargo, conocida como la póliza de seguro médico de los «hipsters» neoyorquinos, la empresa de Joshua estará en el centro de los ataques de la Administración Trump, que hizo campaña contra la política sanitaria del ex presidente.
Jared ya demostró ser implacable en la llamada «noche de los cuchillos largos», cuando no dudó en quitarse de encima al gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, presidente del equipo de transición de Trump, uno de los primeros políticos que apoyó al hombre de negocios. La cuenta pendiente de Kushner con el gobernador se remontaba a diez años atrás. Fue cuando Christie, entonces fiscal federal, fue a por el padre de Jared y Joshua, el multimillonario Charles Kushner, por evasión de impuestos y soborno a un testigo. El caso fue un trampolín en la carrera política de Christie y una pesadilla para la familia Kushner. El promotor inmobiliario se declaró culpable de 16 cargos de evasión de impuestos, uno por tomar represalias contra un testigo, que era el marido de su hija, y otro por mentir a la Comisión Federal Electoral. Fue sentenciado a dos años en prisión, aunque sólo cumplió uno. Mientras, Jared había sido también objetivo de la investigación por supuestas contribuciones ilegales a campañas electorales.
El joven no dudó en cargar contra su cuñado, William Schulder, que había pactado con las autoridades a cambio de testificar contra su padre. Jared contrató a una prostituta para que sedujese a Schulder en un hotel de Nueva Jersey, donde colocó una cámara en la habitación. Acto seguido, envío la cinta a su hermana Esther, esposa de Schuler.
Aspiraciones políticas
Ahora, sin embargo, parece que es su querido Joshua el que puede interponerse en su camino. Los dos tienen en sus despachos un retrato de J. F. Kennedy, lo cual deja claro sus aspiraciones políticas, hasta ahora alineadas con las del Partido Demócrata. Jared, que compró el periódico «New York Observer», siguió con los negocios inmobiliarios de la familia tras la entrada de su padre en prisión hasta que su suegro anunció sus intenciones de meterse en política. En estos años, Jared ha ampliado el negocio inmobiliario de Nueva Jersey en Nueva York y, a través de la compra de dicho diario, ha entablado amistad con el magnate de los medios Rupert Murdoch.
En lo personal, la novia de Josh es la supermodelo Karlie Kloss, una de las celebridades que ha respaldado de forma pública a Hillary Clinton. En cambio, Jared prefirió casarse con Ivanka, que igual que él se crió en una familia de promotores. Se conocieron en 2009 durante un almuerzo de negocios y, desde entonces, han sido inseparables. «Nos entendemos muy bien. Los dos somos muy ambiciosos», afirmó Ivanka a «The New York Times». Josh y Jared estuvieron juntos en la Casa Blanca antes de la marcha de las mujeres y también después, cuando se hicieron una foto con el famoso retrato de JFK encargado por Jackie Kennedy a Aaron Shikler en 1970. Hasta ahora, los hermanos estaban muy unidos. Jared suele aparecer con frecuencia en las reuniones de las empresas de Joshua, lo que ha enfadado a los ejecutivos. En cambio, cuando la Administración Trump empiece a desmantelar la ley sanitaria de Obama, la compañía de Joshua se colocará en el centro de la polémica. Jared será uno de los encargados de ello, lo cual hundirá entre otras a la empresa de su hermano. Durante esta pelea, Jared se enfrentará no sólo a Joshua, sino también al partido de su familia, del que junto con sus padres, hermanos y amigos ha sido una de las grandes fuentes de financiación.
La estilista mexicana de Ivanka Trump
Mientras su padre acentúa las fronteras con México, para Ivanka Trump no hay muro que rompa sus casi 10 años de relación profesional con Alexa Rodulfo, la estilista mexicana responsable de los «looks» de la hija del presidente. «Son más de ocho años trabajando con Ivanka y a lo largo de ellos se ha labrado una gran amistad y admiración», afirma la maquilladora a la revista «¡Hola! México», donde cuenta cómo peina a Ivanka mientras ésta ve la tele o juega con los niños. Otras «celebrities», aunque contrarias a Trump, también confían su belleza a Rodulfo, como es el caso de la hija de Carolina Herrera.
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