Calviá
La fortuna de mantener el Fortuna
Patrimonio Nacional devolvió el Fortuna a los empresarios de baleares el pasado mes de enero en un acuerdo que se firmó en el Palacio de La Almudaina. Estos, bajo la Fundación para la Cultura y el Turismo de Baleares (Fundatur), le regalaron hace trece años el barco al Rey como muestra de gratitud por elegir verano tras verano la isla para descansar junto a su familia. Entonces pagaron 18 millones de euros por él. Ahora piden sólo diez, pese a que no llega a las 1.000 horas de navegación y se encuentra en perfecto estado, según la última revisión realizada en Porto Pi. De hecho en 2012 –último año en que salió a navegar– sólo se utilizó el yate en una ocasión. En concreto, el 13 de agosto, cuando Don Juan Carlos salió sólo con los diez miembros de la tripulación, puesto que recomendaron moverlo del puerto mallorquín al llevar muchos meses parado.
Fundatur tiene que hacerse cargo de 150.000 euros anuales más agua, luz y tasas portuarias por tener el Fortuna amarrado en Port Adriano, uno de los puertos más lujosos del Mediterráneo situado en el municipio de Calviá. Además, quieren venderlo cuanto antes para poder destinar lo recaudado a la promoción turística y cultural de las islas, que es el objeto de creación de Fundatur. Esta fundación –formada por Carmen Matutes, consejera del Grupo Matutes; Gabriel Escarrer, presidente de Meliá; Gabriel Barceló, presidente de la Fundación Barceló; Miguel Fluxá, presidente de Iberostar; Pere Serra, presidente del Grupo Serra; José Fernández, de Riu Hoteles; Juan José Hidalgo, presidente ejecutivo de Globalia o Antonio Fontanet, de Productos Fontanet, entre otros– rebautizó el yate como Foners, ya que el nombre de Fortuna sólo puede ser utilizado por el barco de don Juan Carlos, puesto que lo tiene registrado Patrimonio.
Jorge Mendes, el representante de media plantilla blanca y de gran parte de los «cracks» mundiales del balón, ha ofrecido ocho millones por el Fortuna. Y parece que es el principal comprador. Pese a que es menos cantidad que la solicitada, los empresarios pertenecientes a la Fundación no la ven con malos ojos. El rey del fútbol, ahora también quiere serlo del mar. Este genio de los traspasos deportivos estuvo hace un mes en Palma de Mallorca para visitar el que fuera el yate de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos. Fuentes del Gobierno Balear, que también forma parte de Fundatur, ha confirmado a LA RAZÓN que aún no ha habido un acuerdo entre Jorge Mendes y los empresarios. Aunque en estos momentos las negociaciones están en punto muerto, la habilidad de Mendes para conseguir el mejor precio para sus inversiones hará que se haga con el barco. Y es que el representante más mediático ha sido capaz de conseguir traspasos altísimos por jugadores que, a precios de mercado, no cuestan lo que los clubes han pagado por ellos.
El alto coste de mantenimiento del Fortuna, que se sitúa en los 1,8 millones de euros anuales, no es cuestión baladí a la hora de plantearse su compra. De hecho, llenar el depósito del Fortuna ronda los 25.000 euros. Eso sí, es uno de los más rápidos de su categoría ya que alcanza más de 110 km/h. Aun así, Mendes es uno de las personas que cuenta con la solvencia suficiente para hacerse con el Fortuna. De hecho, esa ha sido la razón por la que ha podido verlo, ya que los empresarios mallorquines no quieren que el yate sea visitado por curiosos sin capacidad económica como para hacerse cargo del yate, que cuenta con una cubierta principal con un salón noble, un comedor, una cocina y un gran puente de mando. Además de los cuatro camarotes. El tercer Fortuna, que tardó tres años en construirse, ya no contará entre sus viajeros con personalidades de las familias reales de medio mundo, sino que posiblemente ahora acoja a futbolistas como Cristiano Ronaldo. Todo un reclamo para los «paparazzi».
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