Flamenco
Poveda, contra la homofobia en el flamenco
Con su hijo en Badalona. El cantaor se dejó fotografiar por primera vez con el pequeño Ángel en su ciudad natal, donde recibió un cálido homenaje
Con su hijo en Badalona. El cantaor se dejó fotografiar por primera vez con el pequeño Ángel en su ciudad natal, donde recibió un cálido homenaje
A Miguel Poveda le ha cambiado radicalmente la vida desde que hace un año se convirtiera en padre de un niño, Ángel, mediante gestación subrogada en Estados Unidos. No le gusta hablar de temas íntimos, es difícil sacarle las palabras, pero confiesa que «gracias a la paternidad se ha activado en mí algo que me ha situado en el lugar correcto. La llegada de Ángel ha significado que me sienta mejor que nunca, más centrado y convencido de que a mi lado sobra cualquier persona nociva».
–¿Repetiría la experiencia con un segundo hijo?
–Ahora mismo estoy muy pendiente de Ángel. Lo que sí recomiendo es esta experiencia tan maravilllosa. Y no me canso de decir que me gustaría que en España se legalizara la gestación subrogada, que los políticos tomaran conciencia de esto...
Hace unos días, el artista paseaba con el niño por las calles de Badalona. Allí vive buena parte de su familia, y él aprovechó para que todos disfrutaran de su hijo. Tiene grandes recuerdos de su tierra, aunque pasa más tiempo en Sevilla. Sus dos grandes amores son el pequeño Ángel y su madre, Felicia León, a la que está muy unido.
–¿Qué es lo mejor de la paternidad?
–Que te quita las tonterías, te aferra a la verdad de la vida, de las personas. No hay nada más verdadero que un hijo. Lo demás es todo mentira.
–¿Y cómo ha asumido esta nueva responsabilidad?
–Soy un padrazo absoluto. Se me da genial cambiar pañales. Me he convertido en todo un experto, como si lo hubiera hecho toda la vida. Será porque he visto muchos documentales y me he informado muy bien. Y al final, me ha salido el instinto.
–Le cuesta muchísimo separarse del pequeño.
–Es cierto, le echo de menos cada minuto del día que estamos lejos. Estoy loco por verle...
–¿Por qué decidió ser padre soltero y sin pareja sentimental?
–Porque era algo muy mío, muy personal, algo que necesitaba, y he acertado con mi decisión.
–¿Cómo está el niño?
–Fantástico. Es un ángel en mi vida, se me iluminan los ojos cuando hablo de él.
–Por eso le ha puesto el nombre de Ángel...
–Claro.
–¿Le ha dedicado ya alguna canción?
–En mi último disco le canto una nana compuesta por Pedro Guerra, a la que le he puesto música.
–¿Qué le está resultando más difícil en su papel de padre?
–Fueron muy duras las primeras noches, porque el bebé lloraba mucho y me despertaba cada dos por tres. Le eché muchos cojones y le he criado yo solo. Estaba en casa, sin madre ni hermanas que me ayudaran. Ten en cuenta que llegó a mí con veintipocos días de vida...
–¿Cómo es el Miguel más personal, el que está detrás del famoso?
–Un buen chaval, un tío sano y normal.
Hace pocas semanas, Poveda se enteraba de que Antonio Benítez, presidente de la peña gaditana Enrique Mellizo y encargado de los Jueves Flamencos de Cádiz, lanzaba contra él insultos cargados de homofobia. Se refirió a Poveda como «pedazo de maricón». Todo surgió cuando Benítez supo que el cantaor no podría participar en un evento que él había programado. A Poveda le faltó tiempo para mandar un comunicado en el que dejaba constancia de que «no voy a pertenecer a una peña en la que su presidente hace insultos homófobos contra un artista». En la carta, explica cómo Benítez le hizo «varias llamadas» a su teléfono personal para contratarle. «Al no poder atenderle por estar con compromisos profesionales (...), además de mis tareas personales como padre, encargué al señor Rafa Coto, mi mánager y compañero de trabajo, que le atendiera». Coto le dijo «con toda la educación» que no sería posible contar con Poveda. Ante la negativa, el organizador volvió a llamarlo y le dejó un mensaje de voz en el que arremetía tanto contra su representante, al que llamaba «fantasma», como contra el propio cantaor.
Como indica en la carta, «ese audio está grabado para presentarlo, si hace falta, delante de un juez cuando sea oportuno, pero considero que este tipo de personajes no pueden representar al mundo del flamenco ni desde una peña, ni desde un festival». A pesar de que conserva el audio, no quiere originar un drama y afirma que no piensa poner una denuncia: «Ese hombre ha pedido disculpas con argumentos que no se sostienen. Él verá lo que hace. Quiero luchar por la igualdad, he recibido bastantes mensajes de apoyo en las últimas semanas. Nunca he tenido ningún problema, he caminado con la cabeza muy alta por la vida y, a parte de algún encontronazo, lo he llevado bien. Conozco mucha gente que ni se atreve a decírselo a sus padres, y no quiero una sociedad de homofobia, miedo y racismo».
–Afortunadamente, no todo es malo. Hace apenas unos días recibió un homenaje entrañable.
–Fue en mi tierra natal. Me nombraron hijo predilecto de la ciudad. Estuve allí con Ángel, mi madre y otros familiares; fue un acto entrañable, muy bonito. Me sentí muy feliz.
Es el cuarto personaje al que le otorgan dicha distinción, después de la nadadora Mireia Belmonte, el historiador Joaquín Font y el ex alcalde de la localidad, Salvador Serentill.
–¿Cómo recuerda su infancia en Badalona?
–Con mucho cariño. Me vienen a la mente los paseos por la playa con los amigos, mi casa llena de música. Fui un chico muy feliz. Y guardo un especial cariño hacia la Tertulia Flamenca de Badalona, en la que tantos grandes momentos he vivido.
CON SU HIJO EN BADALONA
El cantaor se dejó fotografiar por primera vez con el pequeño Ángel en su ciudad natal, donde recibió un cálido homenaje. Entre el público que fue a aplaudirlo al Teatro Zorrilla estaban Joan Manuel Serrat y la cantaora Carmen Linares. Ante tal demostración de afecto, Poveda cantó «Ojos verdes», la copla que inmortalizó Concha Piquer.
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