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Raquel Bernal se harta de Álvaro Muñoz Escassi

Cinco meses después de la boda, la millonaria empresaria venezolana alega «discrepancias insalvables» para disolver el matrimonio

Raquel Bernal
Raquel Bernallarazon

Cinco meses después de la boda, la millonaria empresaria venezolana alega «discrepancias insalvables» para disolver el matrimonio

Tan fugaz como lo fue el noviazgo ha resultado el matrimonio. Menos de cinco meses después de celebrarse la boda –el pasado 28 de diciembre, Día de los Inocentes– entre el jinete, y ya de nuevo «soltero de otro», Álvaro Muñoz Escassi y la millonaria empresaria venezolana Raquel Bernal en Punta Cana, la historia de amor toca a su fin. Es ella, según el entorno de la pareja, quien alegando «discrepancias irreconciliables en la convivencia» ha tomado la decisión de separarse.

«A Raquel le ha costado tomar la decisión, pero no había otra opción. Para ella ha sido duro porque se casó enamorada, aún en contra de la opinión de muchos de nosotros, que no lo veíamos muy claro. El matrimonio no ha funcionado y lo mejor que ha hecho Raquel es plantear a Álvaro la separación definitiva. Así, cada uno puede hacer la vida que quiera sin perjudicar al otro», aporta el portal «Vanitatis» en contacto con el entorno de amistades de Bernal en España. De hecho, aunque la pareja estaba en la capital estos últimos días, no se les ha visto juntos. Mientras Álvaro Muñoz Escassi acudía a la Caja Mágica a presenciar el Mutua Open de Madrid (precisamante, el torneo en el que se conocieron en 2015), Bernal ha optado por cenas privadas en su casa madrileña de La Moraleja rodeada de amigos en estos difíciles momentos. Pese a que el matrimonio residía en República Dominicana, sus visitas a España eran muy frecuentes para pasar unos días con sus respectivos hijos: Álvaro Jr., hijo del jinete fruto de su relación con Lara Dibildos; y Raquel Flores Bernal, de 22 años, e hija del primer matrimonio de la empresaria con el ex presidente de la Bolsa de Valores Caracas, Víctor Flores.

Enlace sorpresa

Quizá la primera que le haya tenido que decir «te lo dije» tras tomar la decisión de separse, fue quizá su propia hija, pues al parecer ésta nunca se fió de las intenciones de Álvaro Muñoz Escassi, por su fama de conquistador, y se distanció de su madre durante un tiempo, llegando incluso a amenazarla con no acudir a la boda si se casaban, advirtiéndola de que el jinete sólo iba detrás de su fortuna. Sin embargo, no hubo lugar a plantearse esta postura entre los familiares de Bernal. Fueron invitados a una fiesta y se encontraron con una boda sorpresa, algo que algunos invitados pensaron que era una inocentada tal día como era.

Desde el mismo día de la boda, Raquel Bernal tuvo que lidiar con rumores de infidelidades e incluso el testimonio de una chica, que televisivamente afirmaba que el mismo día del enlace Muñoz Escassi le estaba mandando mensajes comprometidos. Nadie ni nada le hizo cambiar de opinión. Se dejó llevar por el amor que sentía por el jinete, le compró caballos para que éste pudiera seguir con su pasión en la otra punta del mundo, le rodeó de lujos, le regaló un lamborghini y cinco meses después, pese a todo, le ha plantado.