Cataluña

¿Tiene solución el pelo del President?

Los expertos opinan: «Ese cabello canoso queda como sucio y antiguo»

¿Tiene solución el pelo del President?
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Tras su designación como nuevo president, el pelazo de Carles Puigdemont fue la gran sensación en las redes sociales. Si durante sus años en la alcaldía de Gerona este detalle pasó inadvertido, su ascenso a la primera línea de la política nacional como nuevo Molt Honorable ha hecho que Twitter arda en ironías sobre la melena del presidente catalán. Le han comparado con los Beatles, con Harry Potter y hasta con Pin y Pon. Artur Mas, que también ha lucido pelazo durante sus años al frente de la Generalitat, o la diputada de la CUP, Anna Gabriel, tampoco se han salvado de las comparaciones irónicas a propósito de la melena de Puigdemont. Si consideramos Twitter como una buena herramienta para medir la popularidad o el conocimiento de un político, está claro que el pelo le ha servido al de Convergencia como la mejor carta de presentación para darse a conocer.

Bastante progre

Tal ha sido el impacto de su estilismo que hasta su peluquera ha tenido sus minutos de gloria. El programa Versió RAC 1 entrevistaba a Mercè, la estilista del president, que calificaba de «muy progre» la melena de Puigdemont. Según ella, que lleva seis años cuidando el cabello del nuevo hombre fuerte de la política catalana, «siempre quiere el mismo peinado». Quizá ahora, Puigdemont debería plantearse en serio los consejos de Mercè y dar un cambio radical a su melena y optar por un pelo algo más acorde a su cargo recién estrenado. «A mí no me parece nada progre. Debe quitarse esas canas, teñirse el pelo y abrir más el flequillo», aconseja el genial Ruphert, por cuyas manos han pasado algunas de las cabezas más importantes de nuestro país. «Ese pelo canoso le queda como sucio». Una opinión similar tiene José Siero, de peluquerías Sile y responsable del «look» de Cristiano Ronaldo: «Hay que mantener más cuidado el cabello cuando eres un personaje público. Necesita arreglárselo, no le favorece mucho».

Seguramente tenga más fácil mejorar su melena que conseguir la independencia de Cataluña, parte con buena materia prima: «No es feo, es joven y con buen pelo», asegura Ruphert. «Pero tiene que conseguir un aire más moderno». Puede tomar nota de Antonio Carmona, que según asegura el prestigioso peluquero sabe «sacarse mucho partido» o fijarse en el «divertido cabello», en palabras de Ruphert, de Pablo Casado. Siero va un paso más allá: «El peinado refleja la personalidad de cada uno... quizá es que él es así. El cabello es el complemento estético por excelencia, de ahí que debamos prestarle especial atención. No es cuestión de ir más o menos clásico, es cuestión de adaptarse al personaje». Por lo pronto, el nuevo president no debería caer en la tentación de imitar el estilismo de Mas, hace tiempo que se equivocó de hoja de ruta. «No tiene solución, es un hombre guapo que se ha convertido en feo. Se ha quedado anticuado», confiesa Ruphert. «Lo que tiene que hacer es caer en las manos de un castellanomanchego como yo». ¿Se atreverá el catalán?