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Cines para vivir, de verdad, las películas

El proyecto Barco Escape cuenta con tres pantallas gigantes que rodean al espectador
El proyecto Barco Escape cuenta con tres pantallas gigantes que rodean al espectadorlarazon

La industria del cine se enfrenta a un monstruo de varias cabezas: internet, pantallas gigantes e inteligentes en casa, sonido de gran calidad y una biblioteca desde la cual es posible acceder a casi todos los títulos, excepto algunos de reciente estreno. Y con reciente nos referimos a menos de un mes.

Por lo tanto, el cine tiene que luchar con otras armas, las que sólo las salas pueden exhibir. Una de esas herramientas es el Barco Escape. Se trata ya no de una, si no de tres pantallas que rodean al espectador como si se encontrara en la proa de una embarcación (de ahí su nombre). Películas como «El corredor del laberinto» (y su secuela), han sido filmadas en este formato y en 2017, habrá unas 200 más filmadas por los grandes estudios.

Otra opción es darle el poder al espectador. Y eso es justamente lo que comenzaron a hacer en Inglaterra las salas de Vue Cinemas aliándose con la plataforma de «crowdsourcing» Ourscreen. Los participantes eligen una película entre un catálogo de 400, comprometiéndose a comprar la entrada y entre todos deciden qué día se proyecta. Cualquier miembro de la plataforma puede crear un evento y sí es apoyada por más de 80 usuarios (dependiendo de la sala), la cinta se proyecta, de lo contrario, no se le cobra nada a nadie. Lo bueno es que, si el evento es votado por más de cien personas, se puede pedir casi cualquier película, ya que los cines tienen trato directo con los distribuidores más importantes y también con pequeños estudios. En México y Estados Unidos comienza a tener cierto éxito la sala de cine individual o en pareja, con butacas reclinables, menú a elección y hasta masajes. Vamos, cine primera clase. Pero el formato en el que sin duda tiene que explorar más esta industria, en cuanto a llamar al público a las salas, es la actividad. No, no estamos hablando de olores, o de realidad virtual. Sino de verdadera acción y de que los espectadores sean los protagonistas. O casi. Cines que, antes de la proyección, sean laberintos o estructuras enormes, en las cuales la acción transcurre alrededor nuestro y hay que correr o desplazarse siguiendo la acción.

James Cameron está estudiando este tipo de emprendimientos y señala que el uso de cintas sin fin, pantallas verdes, suelos que se muevan y otros efectos especiales con los que contarían las grandes salas, podrían elevar el espectáculo a un nuevo tipo de cine, uno de película.