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Megan Maxwell: «¿Te imaginas el partido político de las guerreras?»

Es la novelista que más vende en nuestro país y si hay algo que defina su literatura es la capacidad que tiene para atrapar a una legión de lectores con historias románticas, ardientes y protagonizadas por personajes carismáticos, nunca inspirados en los políticos actuales

Megan Maxwell
Megan Maxwelllarazon

Es la novelista que más vende en nuestro país y si hay algo que defina su literatura es la capacidad que tiene para atrapar a una legión de lectores con historias románticas, ardientes y protagonizadas por personajes carismáticos, nunca inspirados en los políticos actuales.

Sus incondicionales se autodenominan «guerreras y guerreros Maxwell», y son los que la han convertido en la escritora que más vende en nuestro país, sobrepasando los 35 libros publicados y 200.000 seguidores en las redes. Su último título, «Hasta que salga el sol» (Planeta), ha escalado hasta el número uno del Top 10 en todas las librerías patrias. La jefa de secretarias que empezó escribiendo para sus conocidos y tardó doce años en poder publicar, es hoy la reina de la comedia romántica en castellano que abarca géneros tan distintos como «chick lit», contemporáneo, medieval, «trime travel» o erótica. Para descubrir algo más sobre la mujer que se oculta tras el seudónimo, nos tomamos un largo café en su casa.

–¿Quién es Megan Maxwell y cómo surge ser escritora?

–Megan es una mujer normal y corriente que decidió ponerse a escribir un día que estaba aburrida en casa y no sabía qué hacer. Cogí papel y bolígrafo y, tras varios folios, me di cuenta de que había creado unos personajes. Me gustó, continué y terminé mi primera novela. Tal y como lo cuento. Después, seguí escribiendo para mis amigas y mi familia y ellos fueron quienes me animaron a presentar mis libros a editoriales y concursos. Pasó tiempo hasta que una editorial confió en mí... pero lo logré.

–¿Por qué ese nombre tan deliberadamente extranjero?

–Simplemente ¡porque me encanta! Además, te lo confieso, porque lo saben mis lectores: Megan es el nombre del primer personaje que creé. Le cogí tanto cariño que, a partir de entonces, decidí utilizarlo.

–¿A qué se dedicaba antes de ser autora superventas?

–Era jefa de secretarias en una Asesoría Jurídica.

–La autora más vendida en Planeta y en todo el ranking de editoriales... ¿Al final, como decía Garci, las mejores historias son las de amor, porque nos llegan a todos?

–El amor es algo que todos en algún momento dado de nuestras vidas hemos sentido y sin duda crea momentazos que no se olvidan.

–Ha ganado el premio Internacional de Novela Romántica Seseña. ¿Cómo se sintió al enterarse?

–Muy feliz. ¡Tremendamente feliz! Recibirlo fue, para mí, la recompensa a muchos años de trabajo en la sombra y de leer muchas veces la palabra «no» tras las propuestas editoriales. Fue un momento mágico que nunca olvidaré mientras viva.

–Verse al lado de Aramburu, Dolores Redondo, Carme Chaparro... ¿Le impresiona, le emociona?

–Me emociona, como espero que a ellos les emocione estar a mi lado (risas).

–¿Alguna vez los conocidos como «grandes escritores» la llaman o tienen algún tipo de trato?

–No, la verdad es que no, pero tengo que decir que con María Dueñas me llevo genial.

–¿Qué autores y libros le han servido para embarcarse en el mundo de la escritura?

–Siempre me gustó la novela romántica. Autoras como Julie Garwood con su novela «El secreto», Karen Marie Moning y su serie «Highlanders», Kathleen Woodiwiss con «Shanna», o Rachel Gibson con «Jane juega y gana», fueron autoras que me hicieron desear ser capaz de escribir una buena historia.

–Megan... ¿qué es realmente el amor para usted, para una mujer que no para de escribir sobre el amor?

–Para mí es el motor de la vida. Sin amor, la vida de todos nosotros no sería igual. No sería, de hecho.

–Carmen Posadas dice que se tiene que tomar un par de gin-tónics para abordar algunas escenas de sexo... ¿Usted qué truco tiene?

–(Jajaja) ¿En serio? En mi caso, pienso en los personajes del libro, en las «guerreras» y «guerreros» que luego me leerán y dejo volar mi imaginación. Quiero que cuando lo lean, ¡lo disfruten!

–Por cierto, ¿prueba en «casa» y con su «propio» lo que ha llevado al papel por la mañana?

–(Jajaja) ¡Eso no te lo voy a contar! ¡Es casi secreto de Estado!

–Si le preguntase por una razón para comenzar a leer su obra... ¿Qué me diría?

–Te diría: ¿Quieres pasarlo bien, reírte, llorar o enamorarte? Pues tienes que leerme.

–De todos los personajes que ha creado... ¿cuál de ellos se ha quedado a «vivir» con usted?

–Todos son mis niños y todos ocupan un lugar especial en mi corazón, pero quizá uno llamado Megan a la que tengo un cariño muy especial.

–¿Sueña con ver alguna de sus obras en la gran pantalla?

–¡Por supuesto que sí! ¿Te imaginas? Si te dijera lo contrario, mentiría.

–En sus obras siempre encontramos grandes artistas de la música, ¿es una parte importante de su vida?

–Muy importante. Yo sin música no podría vivir, ni escribir. A muchos de esos grandes, como mi adorado Alejandro Sanz, les debo grandes momentos de inspiración ¡Que viva la música!

–Yo he estado en alguna de sus presentaciones y son multitudinarias... ¿Cómo son sus «guerreras Maxwell»?

–Son el 50 por ciento de mi éxito y las personas que todos los días me animan a continuar escribiendo. Y como siempre digo, ser una «guerrera Maxwell» es haberte caído en el camino, pero también haberte levantado. Si nos caemos de nuevo nos volvemos a levantar, ¡porque las «guerreras» podemos con todo!

–¿Y ellos? Si ellas son guerreras, ¿ellos qué son?

–«Guerreros» también, por supuesto. Y que conste que tengo muchos, aunque en público no lo digan por pudor.

–La imagino espiando por la calle el comportamiento de las parejas, viendo mucha peli en blanco y negro, leyendo a Julie Garwood o a Kathleen Woodiwiss... ¿Es una romántica militante?

–Tremendamente romántica. Adoro las películas de amor, mi escritora favorita en medieval es Julie Garwood y disfruto de las baladas de ciertos grandes de la música... ¿se puede ser más romántica?

–¿Qué dice su pareja acerca de lo que escribe?

–Le parece muy bien.

–¿Y sus hijos?

–Están felices, porque me ven a mí feliz.

–¿Ha viajado a todos los lugares que nombra en sus novelas?

–No, ¡ya quisiera yo! Pero lo voy haciendo poco a poco, es mi objetivo.

–La situación actual, el mundo lleno de ataques terroristas, crisis políticas, de fe... ¿le da argumento para que sus protagonistas vivan un gran romance en medio de la deriva mundial?

–Intento alejarme de lo que has mencionado, porque no me hace feliz pensar en ello, aunque sí me gusta meter en mis novelas ciertos mensajes que tengan que ver con asuntos sociales.

–Confiese: ¿alguna vez se ha inspirado en personajes famosos para alguna de tus novelas?

–(Jajaja) ¡Noooooooo!... ¡Síiiiiii!... ¡Noooooooo!... ¡Síiiiiii!... Bueno, dejémoslo en puede...

–De inspirarse en un romance político... ¿en qué dos personajes pensaría?

–(Jajaja) Es de todo punto imposible. No hay ningún político que me motive a convertirlo en protagonista de ninguna de mis novelas románticas. Uf... ¡pero ninguno!

–Se lo tengo que preguntar, ¿cómo ha visto el curso político pasado?

–Pues lo he visto raro, raro, raro... aunque mejor no estropeemos esta divertida entrevista hablando de política.

–Cuando escribe, ¿sigue fiel la idea original o los personajes toman su propio camino y luego se le rebelan?

–Se me rebelan. Pero como lo sé, les dejo. Hace mucho tiempo me di cuenta de que ellos mejor que yo cuentan sus historias.

–Con la cantidad de seguidores que tiene... ¿se ha planteado alguna vez que podría formar un partido político?

–(Jajaja) ¿Te imaginas el partido de Las Guerreras y Guerreros Maxwell? ¡Me parto!

–¿Sabes lo que dirían –o dicen– las feministas de sus novelas?

–La verdad es que en alguna ocasión he leído algo de lo que piensan, pero hay de todo y no me gusta generalizar. Habrá a quien le guste, feminista o no, y habrá a quien no. Estamos en un país libre, ¿no?

–Cuando no escribe, ¿cocina, toca el acordeón, escala montañas?

–Pues me gusta ir al cine, salir de cena con mis amigas, con la familia. Adoro escuchar música. Me gusta bailar, viajar, y voy a muchos conciertos. Cuando tengo tiempo libre, lo disfruto a tope.

–Debe ser muy prusiana, porque pocas personas producen tantos libros como usted... ¿a qué plan horario se somete?

–Prusiana no sé, pero curranta ¡un rato!... Intento trabajar de lunes a viernes de 09:30 a 20:00 horas.

–¿Qué lee la señora más leída?

–Si soy sincera, últimamente, nada. Cuando dejo de escribir estoy, en ocasiones, tan sobrepasada que prefiero ver una película o una serie para despejar mi cabeza.

–¿Un actor fetiche, que le emocione?

–Gerald Butler y, por supuesto, el desaparecido, pero para mí siempre querido, Paul Walker.

–¿Y qué es lo que suele hacer en verano?

–Pues acabo de regresar de Nueva York y si puedo me escaparé unos días a la playa. Adoro estar tumbada en una hamaca bajo una sombrilla sintiendo la brisa del mar y sin hacer nada.

–Megan, me despido con su grito de guerra: «¡Azúcar!».

–¡Azúcarrrrrrrrrrr! ¡Buen veranito! ¡Y a disfrutar!

–Ahora entiendo por qué la adoran sus lectores. Pensaré si me convierto en una de sus «Guerreras»...

–¡Aquí te esperamos toda la legión!