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La (re)decadencia de Maradona

Los escándalos, exabruptos y salidas de tono de «el pelusa» y los de su novia despiertan pasiones, considerados el opio del pueblo albiceleste

La (re)decadencia de Maradona
La (re)decadencia de Maradonalarazon

Los escándalos, exabruptos y salidas de tono de «el pelusa» y los de su novia despiertan pasiones, considerados el opio del pueblo albiceleste

Diego Maradona es un terremoto, odiado y querido por sus compatriotas. Mitificado y endiosado, por más que muchos renieguen de él el «Pelusa» sigue despertando pasiones, puro argento con ese toque de tano que tanto caracteriza a los argentinos. Cuando llega a su país los medios locales lo persiguen, adoran sus exabruptos, los comentarios soeces, las salidas de tono. Le ríen las gracias. Durante estos días, de vacaciones en Buenos Aires, no decepcionó. Maradona volvió o quizá nunca se fue.

El «One» siempre habla maravillas de su país aunque, paradójicamente, no se siente profeta. Tras su paso como entrenador de la Selección ha tenido que buscarse la vida en Dubái, donde se convirtió en el niño mimado de la familia real entrenando divisiones menores. Por eso cuando aterriza en la capital porteña se suelta y descarga contra su enemigos: familiares, ex mujeres y periodistas.

Por ejemplo la leyenda llamó por teléfono la semana pasada al programa de televisión «Confrontados», del Canal 9 argentino, para arremeter contra su sobrino, que estaba comentando desde el plató la supuesta boda con su novia Rocío Oliva. «Estoy mirando al cagón número uno de sobrino que tengo y estoy viendo cómo ustedes arman un programa de una falsedad de este tipo, que le faltan los dientes, que la madre no lo puede ver», espetó Maradona.

Además, el «10» acusó al joven de robarle. «Me rompió un montón de autos, me robó plata y es el cagón más grande del mundo porque se esconde», acusó el ex futbolista. «Ese que tenéis al lado nunca fue mi sobrino. Fue ladrón y drogadicto», añadió. Curiosos epítetos para alguien que ha sufrido graves percances a causa de las drogas. De hecho, precisamente este mismo familiar, apodado «el Chino», acusó a Oliva por robarle joyas a Diego. La novia de Maradona llegó a estar detenida por esta causa. Un culebrón digno de ir consumiendo capítulo a capítulo.

Sin duda, Rocío Oliva merece un episodio aparte. Con un pasado marcado por los escándalos –incluso una denuncia por haber incendiado la casa del padre fallecido de su novio– se ha convertido en la primera dama del fútbol, el opio del pueblo albiceleste. Precisamente, la bronca continuaba con Rocío por en medio. El ex jugador seguía «largando» en el programa: «¿Qué va a querer hablar conmigo si ni su madre lo quiere? Su mamá no lo puede ver». Maradona, muy molestó con los comentarios que brindó su sobrino sobre la boda del «Diez», aclaró: «Me caso cuando se me cante a mí (...) cuando me case le pediré la mano a Rocío, se lo pediré a ella y no a ustedes, menos aún al vago ese». Sin embargo, Oliva, enfrentada con las hijas de Maradona, Giannina y Dalma, ya da por sentado que habrá boda. Evidentemente, «La mano de Dios» no lo ve tan claro.

El rey de Bielorrusia

Otros de los titulares que destaca la prensa argentina son los lujos y excesos que ostenta Maradona. Sobre todo, tras el nuevo contrato millonario firmado en Bielorrusia.

Diego ya ha conocido la mansión que habitará junto a su pareja en una zona residencial de Minsk, que está valorada en más de 17 millones de euros y cuenta con siete habitaciones, piscinas climatizadas en el interior y en el exterior, cinco obras de arte, 11 empleados y un aeropuerto a dos manzanas para hacer uso del avión privado que lo llevará todos los días a Brest, donde está el club del que será presidente. «Estoy en el mejor momento de mi vida. No voy a ser un presidente más en la historia del club. Voy a ser el último presidente del Dinamo. Me voy a quedar para siempre. Lo siento por el respaldo y el afecto de toda la gente», afirma. Cuando regrese a su nuevo destino laboral, Maradona conocerá al presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko. Allí será tratado con honores oficiales. Es solo una nueva etapa de la vida del «10».

El zar del gas, su mecenas

Aleksandr Lukashenko, nuevo mecenas de Maradona, es el presidente de Bielorrusia desde la aprobación de la Constitución en 1994. «Conozco a Fidel Castro, Chávez, el Gadafi y Putin y quiero hacerme una fotografía con Lukashenko. Espero que sea nuestro hincha», declara Maradona.

El poder que tiene Lukashenko quedó patente hace unos años cuando decidió cortar el flujo de gas hasta tanto no cobrara la deuda que algunos países tenían por el servicio. Ha ido una sola vez a Suramérica y fue para el funeral de Hugo Chávez. Lo hizo casi de incógnito. Pero no pasó inadvertido para Maradona, quien comenzó a mirar a Bielorrusia con otros ojos.