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¿Muere más gente de calor o de frío?

El calentamiento global origina olas cada vez más extremas que son fatales para miles de personas

¿Muere más gente de calor o de frío?
¿Muere más gente de calor o de frío?larazon

El calentamiento global origina olas cada vez más extremas que son fatales para miles de personas

1994, 397 muertos. 1995, 621. 1996, 326. 1998, 690... Esta funesta contabilidad, extraída del anuario «Natural Disasters in the World», recoge el número de personas que murieron en Europa por congelación durante sucesivas olas de frío a finales del siglo pasado. Está claro, el frío mata. Y lo hace en proporciones terriblemente significativas. Si añadimos a esta lista de muertes directas, las defunciones que de manera indirecta tienen que ver con el descenso radical de las temperaturas y que no se producen precisamente por hipotermia, aunque su causa real es el frío, sólo en Inglaterra y Gales fallecen 25.000 personas cada año.

En el otro lado de la balanza se sitúan los muertos a causa de las olas de calor. Los datos son pavorosos: durante la ola de calor que asoló Europa en 2003, murieron 35.000 personas. Francia, con 15.000 decesos, fue el país peor parado. Aunque parezca macabro, esta competición de muertos ha formado parte de la discusión sobre el calentamiento global en los últimos años.

Las muertes relacionadas con el frío son mucho más frecuentes que las muertes relacionadas con el calor en muchos lugares del planeta. Está confirmado que es así en Estados Unidos, Europa y casi todos los países tropicales, según un estudio publicado en el «Southern Medical Journal». La mitad de las muertes por frío suceden por una trombosis coronaria o cerebral . Una cuarta parte, por problemas respiratorios. El hecho es que el estrés térmico propio del frío provoca que las arterias fallen porque la sangre se concentra más y es más propensa al colapso. El proceso comienza cuando el cuerpo, para protegerse del frío, reduce el suministro de sangre a la piel y con ello conserva mejor el calor interno del organismo. Esta caída de presión sanguínea en la piel se compensa con un aumento de la presión en los órganos internos. Para corregir esto, cantidades relativamente altas de sales y agua son eliminadas de la sangre y excretadas en parte lo que favorece un aumento de la viscosidad sanguínea. Todos estos cambios son factores promotores de un trombo. En cuanto a los problemas respiratorios, el origen de la mayor parte es infeccioso. La infección respiratoria tiene un mayor grado de propagación en invierno debido a que la gente suele agruparse durante más tiempo en locales poco ventilados y a que la inhalación de aire frío favorece la sequedad de las vías respiratorias y, por tanto, la conducta contagiosa de toser.

La cadena de acontecimientos que conduce a la muerte por crisis respiratoria en ambientes fríos comienza generalmente por un resfriado o cualquier otra afección menor en las vías aéreas superiores que se expande a los bronquios y a los pulmones. Es ahí donde suelen aflorar las infecciones secundarias como la neumonía. El estrés térmico además debilita el sistema inmunológico. Un dato relevante extraído del citado estudio es que las olas de frío están más relacionadas con el aumento de los niveles de mortalidad que las olas de calor y que estos niveles siguen siendo muy elevados incluso después de que la ola acabe.

¿Cuál fue la primera mujer que gobernó a un pueblo?

La primera mujer de la que se tiene constancia de haber sido máxima autoridad de su pueblo es Hatshepsut (1540-1481 antes de Cristo), que gobernó en Egipto durante 20 años. Estuvo casada con su hermano Tuitmosis II y, al morir este, consiguió el tutelaje del heredero

Tutmosis III para apartarle del trono.

¿Desde cuándo fuma el ser humano?

Se han encontrado restos de nicotina en humanos de hace más de 2.000 años en África y Oriente Próximo, pero no existen evidencias de que los habitantes de Europa realizaran esta práctica hasta el descubrimiento de América. Los indios Aguanura, de Perú, fueron los primeros en consumir tabaco fumado, mascado y en forma de enema para conseguir efectos alucinógenos ya en el siglo II antes de Cristo.