Vacaciones

Riviera Maya: Arantxa de Benito, al calor del sol de México

Se encontró con un paraíso en el que descansó y hasta le cogió gusto al picante

De Benito disfrutó de las playas de arena blanca y agua cristalina, que son el gran atractivo de esta zona turística
De Benito disfrutó de las playas de arena blanca y agua cristalina, que son el gran atractivo de esta zona turísticalarazon

Se encontró con un paraíso en el que descansó y hasta le cogió gusto al picante.

No ha parado quieta ni un instante este verano. Tenía tarea. Por un lado, se debe a su empresa, DebestHome (Debesthome.com), un proyecto que decidió sacar adelante tras comprobar la dificultad que supone encontrar un servicio doméstico de confianza. La misión es clara: se trata de una agencia de asesoramiento para la selección de personal especializada en el servicio doméstico profesional y en la asistencia integral domiciliaria para cubrir cualquier necesidad de la vida diaria. Y, por otro lado, vive volcada en su faceta más solidaria: su trabajo con la fundación Infancia sin fronteras, para la que ha organizado dos galas este verano con el fin de recaudar fondos y conseguir financiación para los diversos programas de educación que desarrollan en las zonas más desfavorecidas de Nicaragua.

Aun así, conseguimos robarle unos minutos: «Mi mejor viaje... Será difícil elegir uno... Viajo todo lo que puedo y cada uno de ellos ha sido una experiencia inolvidable, pero me centraré en el presente. Fue en Semana Santa. Me fui con mi familia a la Riviera Maya, México. La verdad es que tengo que confesar que cada vez disfruto más de este tipo de viajes con mis hijos. Descubrir rincones del mundo y enseñarles a disfrutar de cada lugar que visitamos es un lujo y un placer. Cada año intento ir a algún sitio con ellos porque además es algo que mis padres siempre hicieron con nosotros y guardo recuerdos maravillosos de cada uno de ellos». Coincide con muchos otros personajes entrevistados en esta sección en que este tipo de costumbres heredadas son especialmente gratificantes. Bloquean la agenda unos días y dan prioridad a lo que ya consideran una tradición. «De la Riviera Maya nos gustó todo. El hotel era increíble, el Grand Palladium. Ofrecía muchísimos servicios y un trato personalizado maravilloso que nos hizo sentir muy cómodos. Recuerdo que una de las noches, en la zona más exclusivas del resort, disfrutamos de un espectáculo buenísimo, muy recomendable para adultos.

Y luego esas playas, el color del mar, la arena fina y blanca, el clima, su gente, la gastronomía... ¡Y eso que hasta entonces no me gustaba el picante!». Se le agolpan las sensaciones. Demasiados recuerdos bonitos de un solo viaje. «Uno de los días hicimos buceo y pudimos observar de cerca lo alucinante que es el fondo marino. ¡Vimos tortugas gigantes! Fue una experiencia única». Pero más allá de los planes que surgen en una playa paradisíaca y en un entorno natural tan asombroso, reconoce imprescindible reservar un día para salir de ese oasis de lujo: «Recomendaría hacer una parada obligatoria en Tulum para respirar el lado salvaje del Caribe, visitar las ruinas de Chichen Itzá y descender a unos de los cientos de cenotes. Y más cosas. A nosotros nos faltó tiempo, pero estoy deseando volver para ampliar el viaje y conocer el resto de México. Me queda mucho por descubrir aun. En México y en otros destinos a los que también me gustaría ir. Japón, Australia, Bali, Croacia...».