Loewe impone su ley de transparencia

J. W. Anderson hace un exquisito mestizaje de cuero y plástico en su mejor colección para la Semana de la Moda de París.

Caen los primeros rayos de sol sobre el patio interior de la Maison de la Unesco de París al tiempo que las siluetas de las mujeres de Anderson comienzan a desfilar entre elementos de hormigón forrados de papel film. Sus propuestas son un auténtico desafío a las bajas temperaturas de la ciudad de la luz, pero claro, se trata de la colección Primavera Verano 2016 por lo que la cosa cambia. Con el primer «look» llega el «shock»: pantalones totalmente transparentes, elaborados a base de plástico, el material que junto al cuero protagoniza la tercera colección del norirlandés para Loewe. Cuando firmó con la firma española prometió traer consigo la revolución y ayer alcanzó su máxima. Fue su colección más completa realizada hasta ahora y en la que se marcó implantar la ley de transparencia en sus diseños. «Quería fusionar el cuero, la piel, que es lo que aporta la naturaleza, con el plástico, que es invención del hombre», subraya el diseñador. Así, la mujer queda al descubierto por completo de cintura para abajo combinándolo con prendas (camisas, cazadoras, camisetas) en la que estampa ilustraciones animales y florales. Los tacones transparentes en los «naked outfit» también fueron sobresalientes, los cuales intercaló con botines de cuero con un mini tacón tipo chupete para los modelos más clásicos. Y para seguir con el «animalario made in Anderson», elaboró una serie de maxi accesorios como, por ejemplo, collares de peces dorados. Tras el impacto inicial, el desfile evolucionó hacia tendencias más clásicas de la firma. Especialmente interesantes los monos de tela saco o rafia o una gabardina de piel impresionante que ondeaba al paso de la modelo aportando delicadeza y buen saber hacer. «Tenemos la mejor fábrica de piel que unido a las nuevas tecnologías nos permiten seguir investigando y probando cosas nuevas», dijo orgulloso Anderson, quien asegura que aunque no vive en España, viaja hasta aquí con frecuencia para empaparse de la cultura y espíritu del país y así trasladarlo a sus colecciones. El tándem elegancia y pragmatismo es una constante en sus diseños, así junto a las salidas más eléctricas elaboradas a base de plástico, deslumbraron aquellos looks más sobrios como vestidos negros convertidos en pseudoespejos. Algunos de ellos llevaban incrustados grandes piezas de cristal mientras otros entrelazaban flecos plateados en pierna y hombro que recordaban, una vez más, a la parte de la naturaleza más salvaje. Predominaron los tonos suaves y el negro, salpicados con alguna propuesta puntual en morado o amarillo. Además, Anderson quiso presumir de nuevo logo de la marca y los estampó orgulloso en algunas prendas. Quizá se le fue la mano en algunos casos como en el de un pantalón plagado del nombre de la marca, aunque bien es cierto que visualmente quedaba divertido y aportaba un toque más juvenil de los diseños. «Me encanta el nuevo logo, por eso al llegar a la fábrica vimos el modo de que estuviera presente, y decidimos juntamos todos», explica el creador, quien insiste que en el proceso creativo siempre quiere plasmar «la energía» de España. «Creo que la mujer española tiene dos aspectos clave los cuales inspiran mis colecciones, la diversión y la pasión. Se sienten orgullosas, libres y sin barreras. Es algo que me encanta. Son líderes», argumenta. La de ayer fue una colección coherente que sigue la senda marcada por Anderson para mantener a Loewe al frente de las tendencias y la exigencia, lo cual siempre plasma en la pasarela.