Moda
Naturaleza y feminidad en la Alta Costura con Chanel y Stéphane Rolland
El Grand Palais de París, reconvertido en una casa nórdica, acogió el desfile de Alta Costura de Chanel en un homenaje a la naturaleza con tejidos naturales y bordados en madera
El Grand Palais de París, reconvertido en una casa nórdica, acogió hoy el desfile de Alta Costura de Chanel en un homenaje a la naturaleza con tejidos naturales y bordados en madera, mientras que Stéphane Rolland apostó por la feminidad y los vestidos fluidos.
Un espacio sereno al que acudir a desconectar del frenesí de la gran ciudad fue el decorado que eligió el diseñador de Chanel, Karl Lagerfeld, inspirándose en la arquitectura nórdica, con estructuras de diseño simple rodeado de árboles y pequeños lagos.
De una casa de madera situada en el centro del decorado salieron sus modelos con estilismos en colores luminosos, siempre en una gama de beiges: crudo, marfil, arena o moca.
La seña de identidad de Gabrielle Chanel, el tweed, siguió por supuesto presente en esta colección que se adaptó a los nuevos tiempos invirtiendo las formas con mangas ovaladas y estrechas faldas lápiz por debajo de la rodilla.
Los detalles se cuidaron al máximo incluyendo bordados con virutas de madera y broches en forma de insectos, en un trabajo de diseño con intención ecológica, como se vio también en las suelas de corcho de los zapatos, siempre en dos colores y con la puntera redondeada en negro, como las clásicas bailarinas de la "maison".
Pero como Chanel vive en el siglo XXI, seguramente pensando ya en el que viene, en la colección hubo lugar también para la tecnología.
Las modelos portaron un pequeño bolso alrededor de la cintura para guardar sus smartphones, que algunas incluso sacaron durante el desfile fingiendo mantener conversaciones telefónicas.
Chanel eligió un maquillaje nude centrando la atención en los ojos, que quedaron definidos por dos simples líneas negras de eyeliner.
Para el peinado, un trabajado moño con el pelo enrollado en la nuca, en un look de aire oriental que resulta al mismo tiempo elegante y moderno.
No faltaron al desfile algunas de las musas de Lagerfeld, iconos también de la firma como Cara Delevingne, Diane Kruger, así como las actrices Gwyneth Paltrow, Monica Belluci o Ana de Armas.
Y como recién salidas de la mejor de las óperas, las modelos de Stéphane Rolland vistieron 17 espectaculares diseños en una oda a la feminidad y la sensualidad, que acogió la exclusiva avenida de George V.
Vestidos con faldas plisadas y detalles esculturales en torno al torso y los hombros, y escotes que alcanzan la cintura dejando ver la espalda y el pecho por momentos.
Las asimetrías en el largo de las faldas crean efectos contrarios: colas que se arrastran por el suelo mientras que las piernas quedan al aire y el plisado del vestido toma forma en las caderas creando volumen en los laterales.
La silueta de la mujer se mantiene sin embargo delicada y fluida con una dramática actuación por parte de las modelos para representar esa fragilidad que la propia "maison"compara con la de "una estrella del Palacio de Garnier", el edificio de la Ópera de París.
En los materiales, el diseñador francés apostó por el tul, la organza y el ante que toma forma en tres dimensiones sobre el pecho.
La paleta de colores no varía: predominó el blanco en casi toda la colección, con algún detalle en rojo o beige, así como el negro que protagonizó igualmente algunos diseños.
Efe
✕
Accede a tu cuenta para comentar