Casa Real
Choque de reinas
Les había dejado con la reina madre doña María Cristina moviendo todos los resortes que impidieran la boda de su hijo con la princesa británica, pero no pudo conseguirlo a pesar de reparos de conciencia. El amor hizo que la bellísima doña Victoria abjurara de su fe anglicana y se convirtiera en católica, al tiempo que su tío el Rey Alberto de Gran Bretaña la nombra princesa real con tratamiento de alteza real. Tras una boda dramática por culpa de un salvaje atentado, doña Victoria Eugenia se convierte en reina consorte de España. La reina madre adopta en público una actitud afectuosa para su nuera, aunque en privado se convierta en un trato bastante más frío, dejando claro que el poder en la corte lo detentan ella y el rey. En aquella época la convivencia de ambas reinas era diaria, ya que al existir corte oficial la familia real tenía comidas con damas de compañía, gentiles hombres de cámara y distintos invitados. La tensión se hizo casi insostenible al estallar la Primera Guerra Mundial en 1914. La reina María Cristina era por nacimiento princesa del imperio austrohúngaro, que junto al imperio alemán luchaba contra los imperios británico –al que pertenecía hasta su boda doña Victoria– y ruso. En las comidas había partidarios de ambos bandos. Por tanto, los comentarios hacían que las soberanas hicieran un gran ejercicio de contención, hablando siempre del tema con un perfil bajo, pero la furia iba por dentro, tanta, que en la mesa del comedor real quedaron en la parte de abajo claras señales de haber rascado con violencia la madera con uñas de reinas. La disciplina del cargo y la educación que ambas habían recibido le recordaban que lo primero era la institución, que representaba al Estado. Esta norma había que ejercitarla las 24 horas del día y extremarla en actos públicos. Durante los más de 20 años que convivieron juntas, nunca olvidaron esta obligación. Para muestra, contarles que el último día de su vida, doña Cristina acompañó a su nuera y a sus nietas al teatro de la Zarzuela y al volver a palacio, doña Victoria dejó a su suegra en su habitación, que en el transcurso de la noche murió de un ataque al corazón. El jueves fin de la historia.
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