Andalucía

Cómo ahorrar en la factura de la luz

La potencia contratada puede ajustarse al uso de cada hogar para no pagar de más

Cuadro eléctrico donde se puede observar la pestaña que tiene que subir el usuario para que vuelva la luz / Foto: La Razón
Cuadro eléctrico donde se puede observar la pestaña que tiene que subir el usuario para que vuelva la luz / Foto: La Razónlarazon

La potencia contratada puede ajustarse al uso de cada hogar para no pagar de más

Los hogares han cambiado. Si hace 20 años parecía que la tecnología estaba llegando a su momento más álgido, hoy nadie se sorprende con cualquier invento nuevo que, seguramente, demandará una fuente de electricidad diaria para poder utilizarlo. El consumidor tiene numerosos aparatos electrónicos conectados que requieren energía, pero no siempre sabe cuánta potencia necesita para alimentarlos.

La potencia que demanda un hogar, una comunidad de vecinos o una empresa es la capacidad máxima que permite la instalación si se conectaran todos los equipos eléctricos simultáneamente. En la factura se denomina «potencia» y se mide con una cifra seguida de la unidad de medida «kW». De hecho, es un elemento relevante en el coste final, ya que supone casi la mitad del importe –38 por ciento– que se paga. De ahí la importancia de medir la que realmente se necesita según la instalación. Calcular este parámetro es fácil, gracias a calculadoras de potencia que ofrecen compañías como Endesa, que a través de unas preguntas que realizan al consumidor sobre el número de aparatos y electrodomésticos que tienen en el hogar, la calefacción o, entre muchos otros, el uso que se hace del aire acondicionado, pueden estimar la potencia que necesita.

En muchas ocasiones esa potencia se puede ver reducida simplemente haciendo un consumo más responsable o teniendo aparatos electrónicos con etiquetas de eficiencia energética. Por ejemplo, un frigorífico de media se lleva el 30 por ciento del consumo energético de un hogar: que sea o no eficiente puede suponer un ahorro de hasta 1.000 euros a lo largo de su vida útil. Además, hoy en día conocer cómo consumimos energía es más fácil gracias a la digitalización de las redes que permiten, a través de la telegestión que se encuentra en todas las instalaciones eléctricas, conocer de forma inmediata el consumo. Sólo en Andalucía hay 4,5 millones de telecontadores instalados que permiten, aparte de dar información y tener acceso directo a los datos de consumo, dar una mayor seguridad a la red porque desactivan la energía cuando se supera la potencia contratada. Esta función, conocida como control de potencia contratada, es obligatoria por ley, proporcionando seguridad adicional a la instalación eléctrica.

¿Qué ocurre si salta la luz? En estos casos puede que se tenga contratada una potencia por debajo del consumo real. Hasta hace unos años, existía un aparato en el cuadro eléctrico que había que subir, pero ahora ya no es así. Lo primero que hay que hacer es desconectar alguno de los electrodomésticos que están en uso, después verificar que en el cuadro eléctrico del hogar están todos los interruptores levantados y, finalmente, bajar el interruptor general tres segundos y volverlo a subir. Este paso es el menos conocido, ya que los usuarios aún están acostumbrados al antiguo procedimiento.

Por el contrario, hay veces que la potencia está muy por encima de lo que se necesita. Con empresas como Endesa, saber lo que se tiene contratado y lo que se necesita es más sencillo. A través de su página web de distribución, el usuario puede ver su consumo y su demanda y si nunca supera la potencia que tiene contratada puede cambiarla para ahorrar en su factura. Lo mismo ocurre en el caso opuesto. Un consumidor, por ejemplo, que tenga una potencia contratada de 8kW –que es la máxima del certificado de Instalación Eléctrica–, pero no supera los 4kW, si decidiera cambiar de plan se ahorraría entorno a 20 euros al mes, lo que se traduciría en 240 euros menos cada año.