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Curiosidades varias

La Razón
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Siempre he encontrado en los pequeños sueltos de la prensa noticias curiosas y no pocas veces divertidas. Hace unos días, mientras tomaba un vino tinto excelente del que me surte un buen amigo, leí que en el Ayuntamiento de Madrid se había producido una votación para decidir nombrar hijo adoptivo de la capital del reino a Pedro Almodóvar. Tal distinción se otorgaba por sus méritos cinematográficos que refrendan un Óscar y muchos otros reconocimientos internacionales, siendo sin duda el director cinematográfico español más conocido en el mundo. A esto se añade que es residente en Madrid desde su juventud y que muchas de sus películas se desarrollan en la capital. Lo contado hasta ahora no es nada curioso ni divertido, pero esperen. El grupo popular se mostró contrario, según el portavoz del PP, por su vinculación a los papeles de Panamá. «Pá jartarse de reír», que decía una antigua sevillana. Claro que para ese «hartazón» de risa la que cantaba «se casó con un enano». Desconozco la talla del representante del citado partido –que por cierto es el que yo voto, al menos hasta las últimas elecciones– pero ése no ha sido su momento más brillante en el consistorio. Tanto es así que rectificaron la decisión. Todo partido tiene el derecho de votar en contra de cualquier distinción que se otorgue, pero dado el panorama judicial y de imputaciones, incluso de condenas que cercan al PP, ser tan escrupulosos con un tema económico es como mentar la soga en la casa del ahorcado. En la vida y más en la política, no es conveniente ser muy tiquismiquis porque ya se sabe que en ese circo hay que convivir bajo la misma lona incluso con tu ex pareja, que como dijo el magnífico Fernando Iwasaki, puede ser quien te lanza los cuchillos.