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El abuelo de la pequeña insiste: «Mi niña no se fue sola»
Censura que circulara el Cercanías Málaga-Pizarra pese a que «nos prometieron» que no lo haría
Censura que circulara el Cercanías Málaga-Pizarra pese a que «nos prometieron» que no lo haría
Bajo el argumento de que «mi niña no se fue sola», la familia de la niña de tres años Lucía Vivar, desaparecida el pasado 27 de julio en la localidad malagueña de Pizarra y cuyo cadáver fue localizado ocho horas después junto a las vías del tren, anunció ayer que no ve factible la versión oficial de los hechos.
El abuelo materno de la menor, Francisco Hidalgo, compareció ayer ante los medios de comunicación junto con dos letrados del despacho Ley 57 de Alhaurín de la Torre para afirmar que «es imposible» que hubiera realizado «sola» el trayecto de unos cuatro kilómetros que separan el bar de la estación de tren de Pizarra, donde se encontraba jugando tras haber cenado con sus familiares, y el lugar en el que apareció el cadáver.
Según Hidalgo, la niña «era muy espabilada pero también era muy asustona», por lo que sostuvo que «mi niña no se fue sola, se la llevaron», para añadir que «alguien se la llevó, si no que venga el cargo más alto de la Guardia Civil e intente convencerme, porque yo a mis 63 años no me creo nada».
Al respecto, sugirió: «A todos los seres humanos habidos y por haber, que vengan y hagan el camino como nosotros hemos hecho tantas veces, para que saquen sus conclusiones».
Además, Hidalgo censuró que hubiera circulado el primer tren de la mañana de la línea de Cercanías que une Málaga con Pizarra y que, según la investigación, golpeó a Lucía en la cabeza causándole la muerte y recordó que «nos prometieron que no circularían» hasta que apareciera la menor.
«A mi niña no la vamos a ver más, pero que no pase ninguna familia por lo que estamos pasando nosotros», señaló visiblemente emocionado, para hacer hincapié en que «tenemos un gran remordimiento por dentro porque todo son incógnitas y no sabemos nada».
Por su parte, la abogada del citado bufete, Ana Belén Ordóñez, indicó que «sigue habiendo más preguntas que respuestas» e insistió en que hay, a día de hoy, «muchas incógnitas», entre las que citó la creencia de que «al menos cuatro personas» de las que participaron en la búsqueda se deberían haber cruzado con ella.
La familia, que espera que las incógnitas se resuelvan con los documentos pendientes de entregar en el juzgado que lleva el caso, el Instrucción número 10 de Málaga, y los definitivos, recordó que «faltan los informes de los bajos del tren, no hay una autopsia definitiva porque falta un estudio biológico y otros, así como testificales».
Ordóñez planteó, de igual modo, la posibilidad de solicitar al juzgado una reconstrucción formal de lo ocurrido. En este punto, la letrada consideró que «es imposible que haya una teoría definitiva concluyente ni por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado ni de la familia».
Ordóñez cuestionó además la rapidez con la que se planteó la principal hipótesis al afirmar que «habían pasado apenas cuarenta minutos desde que se encontró el cuerpo sin vida de Lucía, y ya se hablaba de accidente».
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