Sanidad
El Ayuntamiento de Sevilla conocía desde mayo las obras de Magrudis y no inspeccionó la planta
El Consistorio apuntó previamente que hasta el 31 de julio no se le dio aviso por parte de la Junta de Andalucía
El Consistorio apuntó previamente que hasta el 31 de julio no se le dio aviso por parte de la Junta de Andalucía
La controvertida cadena de errores que concluyeron con la actual alerta sanitaria por listeria se acota. El Ayuntamiento de Sevilla, que hasta ahora se escudó en que hasta el 31 de julio no recibió notificación de la Junta de Andalucía de las obras de ampliación de la empresa Magrudis SL –cuando desde mediados de julio ya se registró un repunte de casos de listeriosis sin explicación aparente–, conocía que se estaban realizando obras desde mayo, según señalaron a LA RAZÓN fuentes de la investigación, y, sin embargo, no hizo los pertinentes controles e inspecciones de su competencia y que podrían haber evitado la producción de los productos contaminados.
El establecimiento propiedad de Magrudis SL está sujeto a control oficial por el Ayuntamiento de Sevilla salvo para los trámites de Registro Sanitario, que es competencia de la Junta. Se trata «de una industria sujeta a Registro Sanitario pero que debe ser autorizada con carácter previo al inicio de su actividad productiva como así lo fue en noviembre de 2015», informaron fuentes sanitarias. Al tratarse de un Registro Sanitario y, sólo para su inscripción es la Junta la que tiene la competencia pero «a partir de ese momento, o sea desde noviembre de 2015 la competencia de la inspección pasa al Ayuntamiento de Sevilla, que debía haber realizado hasta el día de la fecha al menos cuatro inspecciones más y sólo ha hecho que conste una en 2016». Posteriormente, según las mismas fuentes, «han estado dos veces pero para controles documentales no para inspecciones», al menos de las que haya constancia. También se debía haber auditado de una a dos veces por parte del Ayuntamiento de Sevilla y no se ha hecho nunca, con lo que no se ha verificado nunca la eficacia del Sistema de Autocontrol que decían que tenía implantado, continúa la investigación.
La empresa Magrudis el 31 de julio comunicó una ampliación sustancial de las instalaciones, que consistían en la anexión de una nave contigua haciendo reformas y redistribución del espacio. Desde el 31 de julio y con el inicio del brote de forma inmediata, «la Junta no ha tenido tiempo material para realizar la inspección que con carácter previo es preceptiva (artículo 15 del Decreto 61/2012) cuando hay modificaciones sustanciales, siempre que estos supongan un incremento del riesgo generado por la actividad para la que se hubiese obtenido la autorización», apuntaron las mismas fuentes. Los hechos han demostrado que «el peligro» era cierto. El último balance es de 192 ingresados y dos fallecidos.
La reforma planteada por Magrudis «no se lleva a cabo en tres días sino que requiere de un amplio período de tiempo para realizar las obras, además de que sin la autorización dada tras la visita de la inspección que debía realizarse después del 31 de julio no podía haberse elaborado ningún producto y se ha hecho, en todo lo cual es probable que haya influido la falta de inspecciones por parte del Ayuntamiento que podían haber detectado esta obra y paralizado la producción», apuntaron fuentes sanitarias. Asimismo, otro punto de controversia radica en la rebaja de la obligación de realizar inspecciones periódicas. Las mismas fuentes especificaron que esta competencia, al igual que las inspecciones, es municipal y es el Ayuntamiento el que optó por catalogar a la empresa productora de «La Mechá» dentro del grupo que se rige principalmente por el autocontrol.
Como ya informó LA RAZÓN, la investigación abierta sobre Magrudis se centra en la documentación. La empresa fue abierta en 2015, hasta julio de 2017 pasó anualmente las inspecciones presenciales municipales pero ese año implantó un sistema de autocontrol y protección a partir del cual lo que se comprueban son los registros de la propia empresa. En su documentación consta el envío a la Junta de un escrito del 16 de julio, que entró en registro el 31 –y al que alude el Ayuntamiento para explicar que se le notificaron las obras por la Junta con el brote ya iniciado–, anunciando la ampliación de sus instalaciones a una nave anexa y en el mismo asegura cumplir «las condiciones técnico sanitarias iniciales y el correcto sistema de autocontrol». El subdirector de Salud Pública explicó que se está comprobando si en las nuevas instalaciones se llegó a empezar la producción y si para ello era necesaria una autorización previa por ampliación de actividad. Los estudios preliminares han localizado el foco de la infección en la propia fábrica de Magrudis aunque la empresa asegura que «días antes» un informe externo descartó que la carne tuviera listeria.
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