Autonomías
El Ayuntamiento de Sevilla quiere una oficina permanentede la Unesco
El Consistorio trabajará para ampliarla protección patrimonial a otras zonas
El Gobierno local ya ha pasado página. Atrás quedaron los momentos de incertidumbre que se vivieron por la amenaza de incluir a Sevilla en la «lista negra» de la Unesco y las duras negociaciones que mantuvo el alcalde, Juan Ignacio Zoido, en San Petersburgo para salvar el reconocimiento internacional del patrimonio de la ciudad. Por eso ayer, durante el acto conmemorativo del 25 aniversario de la declaración del Alcázar, la Catedral y el Archivo de Indias como Patrimonio de la Humanidad, todo fueron parabienes hacia el organismo internacional.
Y es tanto el interés del alcalde por mimar este título –otorgado en 1987– que potenciará la creación de una oficina permanente de la Unesco en la ciudad, desde la que se coordinarán todos los planes y acciones de conservación de los edificios más emblemáticos. «En justa reciprocidad, Sevilla agradece a la Unesco tal distinción», aseguró Zoido, por lo que «existe un compromiso sólido para mantener y reforzar al máximo el prestigio de los principales monumentos de la ciudad».
Los anuncios seguían sucediéndose. El alcalde aseguró que el Ayuntamiento trabajará para ampliar la protección de la zona monumental, con el objetivo de «mostrar su identidad sin complejos, creando patrimonio sin poner en peligro su historia y su idiosincrasia». En este punto, señaló que el Alcázar, la Catedral y el Archivo de Indias podrán ser el «epicentro de una declaración mucho más amplia» porque «Sevilla está plagada de rincones que la definen como ciudad universal».
Zoido hizo estas declaraciones en el salón de tapices del Alcázar, donde se celebró un multitudinario acto conmemorativo que contó con la presencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, y numerosas personalidades de la vida social y cultural de la ciudad. Llamó la atención, no obstante, la ausencia del presidente de la Junta, José Antonio Griñán, aunque sí estuvo presente el consejero de Cultura, Luciano Alonso.
Precisamente, Rajoy subrayó que España «es una potencia cultural de primer orden, con muchas cosas de las que sentirse orgullosa». Por ello, apostó por «armonizar la conservación» con las acciones culturales. «Hay una cultura global que se sustenta en español, que abre ventanas al futuro y en la que España está llamada a tener un papel protagonista», señaló.
Sobre el Alcázar, remarcó que «aquí se siente a la metrópoli europea que supo ser encuentro del viejo y el nuevo mundo, con la memoria de lo que hemos sido y símbolo de nuestra identidad». También hizo referencia a los otros dos monumentos Patrimonio de la Humanidad: la Catedral –«referente de la espiritualidad»– y el Archivo de Indias –«que atesora la historia de tres continentes y de la primera globalización del mundo».
Rajoy, igualmente, hizo un símil con las dificultades que está atravesando la sociedad para salir de la crisis. «Las grandes obras se construyen piedra a piedra, superando cada revés», dijo, al tiempo que aseguró que son imprescindibles «un proyecto clave, unos pilares firmes y un esfuerzo sostenido en una acción compartida».
Como máximo representante de la Iglesia local y, por tanto, de la Catedral, Asenjo criticó las visiones «prevalentemente económicas» a la hora de plantear una acción de conservación, «con réditos para el comercio o el turismo». «La Catedral ya hace cultura desde la belleza del ceremonial y el sonido del órgano», subrayó.
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