Política

El desengaño de IU sube el precio

La Razón
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Dejó pasar un tiempo prudencial para que la candidata disfrutara de la aplastante victoria en sus propias filas, pero en el reloj de IU ya ha comenzado la cuenta atrás. Lógico, por otra parte, sabiendo que restan 30 días para que tome posesión de su cargo la quinta presidenta de la Junta. Como ocurrió hace apenas año y medio, la coalición será fundamental para que el jefe del Gobierno andaluz siga perteneciendo a las únicas siglas que han dirigido la comunidad. Dos cosas han cambiado: el vicepresidente no es ya el líder de su formación e IU ha comprobado de primera mano la importancia que el PSOE le confiere. La impronta de Antonio Maíllo, un recién llegado sin el desgaste de décadas de dedicación exclusiva a la política, se venía percibiendo con veladas llamadas al trabajo en común del bipartito, fundamentalmente referidas a los Presupuestos del próximo año. Pero ayer se desactivó el protocolo de las sutilezas para explícitamente exigir a Susana Díaz una posición decisiva en la formación de su Gobierno. Sin paños calientes, el portavoz de IU verbalizó lo que será el trabajo en la sombra del próximo mes. En parte para contentar a los suyos pero también para evidenciar que se han repuesto del «shock» de verse situados como llave de la Junta –una posición en la que suelen moverse con soltura a menor escala, como demostraran en el Ayuntamiento de Sevilla durante dos legislaturas–. El acuerdo de mínimos incluye a los tres consejeros actuales –¿habrá permuta de nombres en el segundo escalafón?–. A nadie se le escapa que su objetivo es aumentar las competencias. Si vuelve a dejar escapar viva la pieza, un amplio sector de IU no se lo perdonará.