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El mejor embajador

La Razón
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En pleno debate de la nación, del que creo que ha salido fortalecido el presidente Rajoy en momentos muy adversos, el dirigente socialista catalán, Pere Navarro, pide públicamente la abdicación del Rey. Algunos enseguida proclaman la valentía del «Pera», no entiendo por qué, no estamos en una dictadura por lo que no se corre peligro alguno. Más bien, esta postura trata de obtener beneficios de cara a la galería en tiempos de ríos revueltos. Más cuando se es dirigente de un partido que ha tenido la responsabilidad de gobernar casi 22 años, teniendo en tan largo periodo una relación con el Jefe del Estado no sólo correcta, sino muy cordial. Me consta que los presidentes González y Zapatero siguen manteniendo esa cordialidad con Don Juan Carlos. Se espera a que el partido decida si procede petición pública tan grave. No es en política hipocresía tener una postura en privado, incluso exponerla en las reuniones ejecutivas y terminar aceptando lo que la mayoría decida.

Lo expuesto anteriormente contrasta fuertemente con la noticia que aparece en todos los medios; ya saben, la televisión pública francesa emitió un reportaje sobre nuestro Rey en el que se ensalzaban las muchas virtudes del monarca, los grandes servicios prestados a España, la sencillez y austeridad de la corona, comparándola con otras de la Unión Europea. El programa fue el más visto con cerca de cuatro millones de espectadores. Añadamos que esto ocurre en una de las grandes potencias del mundo, que tiene presidente de la república y gobierno socialista. Suele ocurrir que desde fuera, la mirada sobre ciertos personajes sea más serena y objetiva. Gorbachov era una especie de héroe en el mundo y en su país era tildado de traidor por muchos y despreciado por otros. Los presidentes González y Aznar gozaron de gran prestigio e influencia en el mundo y tuvieron, sobre todo al final de sus mandatos, una fuerte contestación en España. Posiblemente se deba a que en tu propio país sufres el día a día, que siempre tiene sus miserias, y desde fuera, se tiene una mayor perspectiva de la grandeza de años de gobierno. Respecto al Rey, reconocerle el título, que tanto le gusta y que no ha heredado, se lo ha ganado en casi 38 años de Jefe del Estado: el mejor embajador de España.