El paro baja, pero a menor ritmo que en el conjunto de España pese al tirón del turismo

Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre vuelven a ser positivos. Se enmarcan en una tendencia larga de bajada del paro que se remonta al segundo ecuador del 2014. Desde entonces se está produciendo un descenso paulatino, que se ha acelerado de manera significativa en el último año. Andalucía, según la EPA, tiene un millón de desempleados en cifras casi redondas (1.000.200), un 6,73 por ciento menos que en el trimestre anterior. La tasa de paro se coloca en el 25,24 por ciento. El Gobierno andaluz saludó positivamente las cifras, que pertrechan el discurso de la recuperación en el que se volcó Susana Díaz cuando abrió su nueva etapa en la comunidad tras perder las primarias frente a Pedro Sánchez. Con la buena marcha del mercado laboral y la suspensión cautelar de la jornada de 35 horas por el recurso del Gobierno, la presidenta andaluza vuelve a municionarse. Sin embargo, en una lectura en profundidad la EPA proyecta también sombras pronunciadas sobre la comunidad.

El principal factor de arrastre del segundo trimestre de la EPA es siempre el aumento de las contrataciones coincidiendo con el arranque de la temporada alta del turismo. El sector servicios es el más beneficiado, aunque también lo sufre en el siguiente trimestre por el movimiento de acordeón de la estacionalidad. Aún así los datos son mucho mejores que los registrados hace justamente un año. En el segundo trimestre de 2016 el paro bajó en la comunidad un 2,37 por ciento respecto al anterior y un 7,89 respecto al mismo trimestre de 2015. El descenso del desempleo ha duplicado por tanto su intensidad al ser de un 6,73 y un 13,85 respectivamente. Esto es, entre abril y junio el paro bajó en 72.200 personas y en los doce últimos meses en 160.800, con lo que la tasa de ocupación roza ya los tres millones (2.961.900).

Sin embargo, en la comparativa con el resto de comunidades Andalucía vuelve a flaquear. El paro bajó más en el conjunto nacional tanto en relación con el trimestre anterior (8,01 por ciento frente a 6,73) como en los doce últimos meses (14,44 frente a 13,85). Y eso que la región, debido al peso del sector turístico, es de las más beneficiadas por las contrataciones en el segundo trimestre, especialmente en el mes de junio. Hay un conjunto de regiones que sí se han descolgado del resto y están bajando su tasa de paro de forma más acentuada, como es el caso de Aragón (con un 26 por ciento en el último año), la Comunidad de Madrid (20 por ciento) o Cataluña (17,59).

Por otra parte, la región tiene la segunda tasa de paro más alta de España. Sólo le aventaja Extremadura y por poco: 25,76 por ciento. Y tres provincias ostentan asimismo los primeros puestos en el ránking nacional: Jaén, con un 30,76 por ciento de paro –más incluso que Melilla–, Cádiz (29,63) y Córdoba (27,94). En la cuarta posición a nivel de toda España está Badajoz 27,62 por ciento. Por el contrario, la provincia andaluza con una tasa menor de parados es Huelva (20,59), seguida de Málaga (21,94) y Almería (23,03).

Hay otra sombra que se proyecta sobre la comunidad: el de los hogares con todos sus miembros en paro, que alcanzó durante el segundo trimestre el 14,29 por ciento. Se ha producido un descenso significativo de 3,15 puntos respecto al mismo trimestre del año anterior. No obstante, en el conjunto de las autonomías es igualmente algo más halagüeño: el 9,55 por ciento. El consejero de Empleo, Empresa y Comercio, Javier Carnero, consideró los datos «magníficos», al tiempo que destacó los 18 meses consecutivos de creación de empleo en la región. Precisó que «una de cada cinco personas que salen del desempleo en España es de Andalucía y uno de cada cuatro empleos que se crean es en Andalucía». Llamó la atención sobre «la fortaleza» de la comunidad. «El siguiente paso sobre el que se está trabajando» –abundó– es conseguir un empleo de más calidad y estabilidad». Los sindicatos CC OO-A y UGT-A también saludaron positivamente los datos, pero hicieron hincapié en la precariedad de las contrataciones.