Sevilla

«El psicoanalista ayuda a que la gente tenga una calidad de vida mejor»

Víctor Korman, psiquiatra-psicoanalista

«El psicoanalista ayuda a que la gente tenga una calidad de vida mejor»
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El centro cívico Las Sirenas de Sevilla acoge hoy, a las 11:00 horas, la presentación del libro «Transmisión psíquica intergeneracional inconsciente: la identificación», del psiquiatra-psicoanalista Víctor Korman. Un nuevo volumen que se une a un completo estudio sobre la mente humana, de la mano de uno de los máximos referentes en esta materia.

–¿Qué se esconde tras esta obra?

–Toda una trayectoria. Cincuenta años de trabajo clínico y de estudio de las teorías psicoanalíticas. El título tiene que ver con la formación de la mente en un recién nacido humano. Cuando nacemos no tenemos psique y gracias a la de otros se va formando la nuestra. La psique, según lo pienso yo y otros muchos colegas, no nace de la biología o del cerebro. Hay una base psicológica, propia y singular, en cada persona. Hay una transmisión psíquica de rasgos de padres a hijos, de todo aquello que forma el entorno familiar.

–Ha explorado las teorías identificatorias de Freud, Klein y Lacan, entre otros. ¿Cuáles son sus conclusiones?

–El repaso de estas teorías están en los nueve primeros tomos. Mis conclusiones están en el tomo diez. De cada uno de ellos he tomado ideas. Sin la producción de ellos lo mío no hubiera podido existir. He retrabajado sus planteamientos y los he convertido en ideas personales. Yo hago preguntas a esos maestros y las acabo contestando a través de la construcción de un sistema personal de la identificación y la formación del aparato psíquico en los niños. También reflexiono sobre cómo eso continúa después en la adolescencia, cuando la sociedad comienza a influir en la mente de todos nosotros. Termino diciendo que, además de ser hijo de la madre y del padre, somos hijos de la sociedad.

–El psicoanalista es una figura muy romántica. ¿Cuál es su labor realmente?

–Si tengo que definir mi labor como psicoanalista digo que es ayudar a que la gente tenga una calidad de vida mejora. No es en base a premios o castigos u orientar a la persona sobre lo que tiene que hacer o cómo. Ni inculcándole mis propios valores. Hay que permitir desarrollar las potencialidades que tiene la persona para que pueda vivir mejor. Soy de los que creen en el rol terapéutico del psicoanálisis. En el fondo no se trata de filosofía ni de algo específicamente romántico. El pensamiento psicoanalítico nos permite ver ciertas cosas del mundo que desde otro ángulo no se han entendido.

–Es fundador del Espacio Abierto de Trabajo en Psicoanálisis de Barcelona. ¿En qué consiste la iniciativa?

–Tuvo su vigencia durante quince años, se cerró y hace unos años refundamos con otros colegas el nuevo Espacio Abierto de Trabajo en Psicoanálisis. No era una institución psicoanalítica con una determinada identidad o afiliciación a una orientación. Pretendíamos que todas las orientaciones tuvieran un espacio para plantear sus ideas. Hoy seguimos en lo mismo. Ponemos más el acento en las cuestiones clínicas y en los tratamientos.