«Fake» bien empleada

Miguel Ángel Rodríguez es un cantante de San Juan de Aznalfarache afincado en Barcelona al que los aficionados a la música underground conocen por su alias de «El Sevilla», con el que se anuncia como vocalista de la banda «Mojinos Escozíos». El grupo se autodefine como epígono del hard rock o el heavy metal, pero no es más que un saludable antro de gamberrismo y frescura cuyos componentes, algunos de los cuales están a punto de cumplir la cincuentena y otros ya la cumplieron, se explayan con unas letras loquísimas en las que toda irreverencia tiene cabida y en las que reina la escatología. Este fenómeno, artista polifacético con vocación de «showman» que ha dado media docena de libros a la imprenta y ha actuado en unas cuantas películas, anunció hace unos días el incremento de su prole nada menos que con unos quintillizos, noticia que propagó con un vídeo en las redes sociales y fue reproducida, sin el menor contraste, por una miríada de medios de comunicación... o lo que quiera que sean esos contenedores de basura que vivaquean en la World Wide Web. Craso error, conociendo la naturaleza bromista del personaje, que ahora ha confesado que era una mentirijilla para promocionar su nuevo disco; para escarnio de una legión de periodistas (¿?) pillados en el renuncio. ¿Qué estaban haciendo el día en que les explicaron en clase que es necesaria siempre la confirmación con una segunda fuente? Seguramente chateando con el móvil, ese instrumento al que los estólidos conceden la veracidad de una nota ministerial, la fiabilidad de un testimonio ocular, la autoridad de una sentencia judicial y la sabiduría de un catedrático. Bastaba con preguntarle a «El Sevilla», que siempre atiende amablemente, si lo que decía en su grabación era cierto o falso. Prefirieron darse mucha prisa en contar una trola.