Sevilla

Ignorada al idear el decreto de exclusión, Cáritas dice pagar ya becas de comedor

La Razón
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El decreto de exclusión de la Junta de Andalucía que garantiza tres comidas diarias a los niños requerirá a partir del fin del curso escolar la ayuda de otras organizaciones sociales. Desde Cáritas Diocesana aseguran que con ellos «no se ha contado para nada» y explican que serán las parroquias de forma individual y en función del entorno concreto las que decidirán el grado de implicación. Sus responsables, eso sí, verían más aconsejable reforzar la estructuras duraderas, con la dependencia y la sanidad como talones de Aquiles, más que crear nuevas y con fechas de caducidad para responder a casos que el sistema no contempla, como el cambio de situación económica de una familia de un año a otro. En la presentación de la memoria de 2012 de Cáritas de Sevilla, por ejemplo, se desveló que esta institución ha tenido que pagar las becas de comedores de una guardería del conflictivo barrio de Las Tres Mil Viviendas o pagar medicamentos porque pensionistas no pueden hacer frente al copago. «Si tenemos que pagar las jeringuillas de un diabético, algo no está funcionando», resumió la coordinadora Rosa Rosal.

A juicio de Juan Arredondo, secretario general de Cáritas, «hay acciones que aparentemente benefician y que al final lo que hacen es perjudicar. Cada Cáritas ha de valorar lo que debe hacer» si requieren la colaboración para la aplicación del decreto, recordando que la institución a la que pertenecen «huye del asistencialismo puro», aunque hay ocasiones en las que no queda otra.

La crisis tiene más impacto en los más vulnerables. El empobrecimiento conduce a las familias a un punto de difícil retorno. En sólo cinco meses, de enero a mayo, se ha cubierto el fondo de apoyo diocesano que requirieron las parroquias en todo 2012. «Están tan asfixiadas que ya no tienen de dónde sacar y tienen que pedir directamente a Diocesana; están al límite de sus posibilidades».

El número de personas atendidas aumentó un 12,9% respecto a 2011 (de 56.225 a 63.457), pero desde 2006, la «precrisis», el crecimiento ha sido exponencial. La demanda de interveción creció un 18,8%. La petición de ayuda para pagar suministros (41,6%), medicamentos (34,2% y la alimentación y el vestido (19,2%) son las que más crecen. Arredondo admite que las administraciones aportan pequeñas subvenciones, pero es la Junta quien más se retrasa en el pago (hay un taller laboral paralizado por la falta de pago desde 2011). El 70% del presupuesto (6 millones) se cubre gracias a la solidaridad de los sevillanos.