Andalucía
Imbroda aspira a rebajar al 10% el abandono en FP, que alcanza el 35%
El consejero de Educación aboga por ajustar la oferta de ciclos formativos a la demanda del alumnado y del mercado laboral ante la "contradicción"de que cada año se queden sin plaza 35.000 jóvenes mientras 10.500 puestos quedan vacantes porque nadie los pide
El consejero de Educación aboga por ajustar la oferta de ciclos formativos a la demanda del alumnado y del mercado laboral ante la "contradicción"de que cada año se queden sin plaza 35.000 jóvenes mientras 10.500 puestos quedan vacantes porque nadie los pide
Los llamados «millenials», jóvenes nacidos a partir de 1981, habrán tenido cuatro empleos distintos antes de cumplir los 32 años y en su vida laboral hay estudios que prevén que cambien hasta 17 veces de trabajo. «La seguridad ya no existe. No hay nada fijo» y «el mercado laboral cambia drásticamente cada cinco años», alertó este miércoles el consejero de Educación y Deporte, Javier Imbroda, durante un desayuno informativo organizado por LA RAZÓN. Ése es su diagnóstico para el que tiene claro que la solución pasa por la Formación Profesional como enseñanza clave en la continua adaptación que exige ese mercado laboral cambiante.
Durante años le ha perseguido el «estigma» de enseñanza de «tercera categoría». «En la mentalidad antigua, que todavía hoy padecemos, el éxito de tu hijo es si está estudiando en la Universidad», describió Imbroda lo vivido en su propia familia. Hoy, por contra, cada año 35.000 solicitudes de jóvenes andaluces que quieren estudiar un ciclo de grado medio o superior se quedan fuera. Pero de forma «contradictoria» hay 10.500 plazas vacantes que nadie pide.
Adecuar la oferta de FP a la demanda y a las necesidades del mercado laboral es una «prioridad» que Imbroda tiene marcada en rojo para su etapa de «paso» por la política, que comenzó hace cinco meses y que tiene claro que será «temporal». Un salto a la administración pública para el que, según reconoció durante su presentación el vicepresidente de la Junta y líder de Cs en Andalucía, Juan Marín, no les fue fácil convencer al ex seleccionador nacional de baloncesto. Su sintonía con el líder nacional del partido naranja, Albert Rivera, fue clave.
El «primer consejero de Educación que es doctor» –en Ciencias de la Educación–, como presumió Marín, es conocido más por su trayectoria como entrenador de baloncesto durante más de 15 años. Y como deportista que es, está acostumbrado a trabajar con objetivos concretos. En este caso, el «trofeo» que persigue no es una medalla olímpica ni un campeonato pero sí aspira a alcanzar una marca: que al acabar la legislatura la tasa de abandono de los estudiantes de Formación Profesional, que en los ciclos medios llega al 35% y en los superiores al 25%, no supere el 10%.
Los datos, desconocidos hasta ahora, sorprenden teniendo en cuenta que se sitúan por encima de la tasa de abandono escolar temprano, uno de los tradicionales talones de Aquiles de Andalucía. En los años del boom del ladrillo llegó a superar el 38% la cifra de jóvenes que dejaban las aulas sin obtener el título de ESO. Hoy esa tasa está en el 21,9%. La crisis devolvió a muchos jóvenes a las aulas que habían dejado prematuramente, sin siquiera terminar la enseñanza obligatoria, y fue también a raíz de entonces cuando las solicitudes de plaza para FP se incrementaron. Sin embargo, los datos revelados ayer por Imbroda, indican que más de uno de cada cuatro alumnos que empiezan un ciclo formativo lo dejan sin acabarlo.
El consejero realizó durante su intervención una encendida defensa de la FP. No sólo porque cree sinceramente que en esta formación está la clave para que los «millenials» puedan trabajar en ese mercado laboral cambiante, sino porque está convencido de que la sociedad actual, donde internet y las nuevas tecnologías han globalizado la economía y las transformaciones del tejido empresarial se producen a un ritmo vertiginoso, «necesita la Formación Profesional». «La pregunta ya no es ¿qué quieres estudiar? sino ¿en qué quieres trabajar en el futuro? Y la FP tiene la respuesta». Pero hay que «orientar» al estudiante para evitar «frustraciones». Una orientación profesional que no se resuelve «con media hora de charla». Por su parte, a su juicio, hay que hacer la Formación Profesional más «flexible» e «internacionalizarla» para que responda a un mercado de trabajo que cambia a un ritmo vertiginoso y en el que «o espabilamos, o nuestros hijos pueden ser hijos de la economía china», advirtió.
«Cantera» para las empresas
Aprovechando la presencia de empresarios en el auditorio, se dirigió a ellos para pedirles su implicación. Sobre todo para impulsar la modalidad Dual, en la que los alumnos aprenden la parte práctica directamente en las empresas (ya hay más de 20.000 en Andalucía que colaboran con ciclos formativos) y que el próximo curso estudiarán 6.361 jóvenes (716 más que este año ya que se ofertan 126 ciclos más de esta modalidad). Imbroda no hizo este llamamiento a los empresarios pidiéndoles un favor sino indicándoles la oportunidad que supone para ellos la posibilidad de formar a sus propios trabajadores. «¿Cuánto tiempo y dinero se ahorrarían? Ahí tienen una cantera», expuso quien sabe bien la importancia de crear equipo. En la empresa como en el deporte, el capital humano lo es todo por encima de los recursos materiales y económicos.
Así que invitó a los empresarios a dotarse de su propio «director deportivo», ese «tutor» que forma en los valores y cultura de la empresa a los recién llegados, sirviéndoles de apoyo y haciéndoles un continuo seguimiento para corregir errores y descubrir talentos y fortalezas. «Y que no sea el primero que pasa por ahí y que ve como un marrón con el trabajo que tiene estar pendiente de los chavales de prácticas», escenificó conocedor también de lo que se cuece dentro de las empresas pues, como recordó, antes de desembarcar en el Gobierno andaluz, tuvo que dejar sus compañías vinculadas a la formación por aquello de alejar sospechas.
Actualización de docentes
Si la FP debe formar a alumnos capaces de adaptarse a los continuos cambios del mercado laboral, quienes les enseñen también requieres estar continuamente reciclándose y actualizándose para poder guiar a sus alumnos. Imbroda apostó por la formación continua del profesorado y de la «máxima exigencia», con programas de movilidad de los docentes y posibilidad de que también se formen en las empresas.
Es uno de los aspectos que quiere impulsar en la futura Ley de Cualificación y Formación Profesional, que cambiará hasta el nombre de esta enseñanza para añadirle «lo de la cualificación». Junto a las evaluaciones del sistema para conocer qué grado de alumnos de FP logran trabajar en aquello para lo que se forman, programas de intercambio de los alumnos también que les permita conocer cómo se trabaja en empresas del extranjero y becas de transporte para quienes vivan en localidades alejadas de los centros que imparten los ciclos que les interesan. No obstante, la Consejería de Educación traba en un «mapeo» de las demandas y necesidades territoriales con el fin de adaptar la oferta de ciclos al tipo de empleos que tienen futuro en cada zona.
Escuchando esta defensa tan a ultranza de la Formación Profesional, parecería que Imbroda apuesta por ésta en detrimento de la Universidad con vistas a competir con ella. Sin embargo, para este doctor en Ciencias de la Educación con un máster en Dirección de Empresas en su haber ambas son tan complementarias que aspira a desarrollar «itinerarios de ida y vuelta» para los alumnos de una y otra enseñanza. «La Universidad no puede vivir de espaldas a la FP», defendió.
Por ello, el consejero anunció que ya a iniciado conversaciones con la Universidad de Málaga, y en breve lo hará también con la de Sevilla, para facilitar el acceso de alumnos de Formación Profesional que quieren continuar su formación con un grado universitario, mediante la convalidación de créditos en estudios relacionados, pero también al revés, pues cada vez más hay egresados que tras terminar la carrera buscan una especialización en ciclos de Formación Profesional.
Son las «Líneas estructurales de la nueva FP en Andalucía» que Imbroda se ha marcado como objetivo y que plasmará en la nueva ley que prepara sobre una enseñanza que el curso 2019/2020 contará con una oferta de 125.000 plazas (4.100 más que el año pasado) en 2.951 ciclos (84 nuevos además de 44 grupos más en ciclos ya existentes). Algunas de estas líneas estructurales, ironizó, resultan tan «revolucionarias» como «coger una llave y abrir la puerta de los centros por la tarde». Así será el próximo curso en 15 institutos que imparten ciclos de FP en Andalucía como el Hurtado de Mendoza y el Virgen de las Nieves en Granado o el IES Litoral en Málaga, donde habra grupos en horario de tarde para que puedan acoger mayor número de estudiantes.
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