Primarias en el PSOE
Jaque en Almería
Todos somos periferia, en un momento dado, en esta era de información centrípeta y todas las periferias tienen motivo para lamentar la desatención que le es infligida, incluso cuando allí se generan noticias que acarrearán consecuencias generales. La política andaluza, así, se circunscribe a los alrededores del viejo Hospital de las Cinco Llagas y a las notas de las consejerías, prosopopeya oficialista para manchar papel. Mientras, Adriana Valverde era investida candidata del PSOE a la alcaldía de Almería en detrimento de Juan Carlos Pérez Navas. Los anales registrarán el suceso como la primera victoria de una pedrista sobre un susanista en suelo andaluz y aunque todavía se pelee a 438 kilómetros de San Telmo, puede la presidenta aplicarse el inquieto teorema del aquel edecán de Hirohito: «Los generales informaban de la resistencia inquebrantable de nuestras tropas... en islas cada más cercanas a Japón». Pérez Navas ha impugnado las primarias por unas presuntas irregularidades en el censo, que creció exponencialmente en las semanas previas al sufragio, lo que demuestra también el creciente poder de Ferraz: las marranadas del aparato ya no se perpetran a favor de Díaz, que siempre blasonó de su pericia en el manejo de esa faca orgánica que ahora, abracadabra, aparece clavada en la espalda de su protegido. Ya ha perdido una de las ocho ciudadelas de su feudo; quizá no sea la más emblemática, porque el poder popular parece sólidamente arraigado en Almería, pero no deja de ser una capital tras la que posiblemente venga la provincia entera. Su posición extrema en el mapa invita a una analogía con las fichas de dominó puestas en fila, lo que tal vez sea precipitado. Pero está claro que el rey Pedro ha colocado a su alfil Celis y que los peones de éste ya avanzan. Jaque a la reina.
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