Teatro

Sevilla

«Kind (hijo)», última entrega de la trilogía de Peeping Tom, en el Teatro Central

Kind (Hijo)’ se representa los días 17 y 18 de mayo en la sala A del teatro sevillano de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, que ya había recibido las dos piezas anteriores, ‘Vader (Padre)’ y ‘Moeder (Madre)’, en 2014 y 2016, respectivamente / Foto: Manuel Olmedo
Kind (Hijo)’ se representa los días 17 y 18 de mayo en la sala A del teatro sevillano de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, que ya había recibido las dos piezas anteriores, ‘Vader (Padre)’ y ‘Moeder (Madre)’, en 2014 y 2016, respectivamente / Foto: Manuel Olmedolarazon

El Teatro Central de Sevilla concluye su programación regular con «Kind (Hijo)», tercera y última entrega de la trilogía de Peeping Tom sobre el aislamiento, los sueños y las pesadillas de la familia. «Kind (Hijo)» se representa hoy y mañana en la sala A del teatro sevillano, que ya había recibido las dos piezas anteriores, «Vader (Padre)» y «Moeder (Madre)», en 2014 y 2016.

En esta ocasión el punto de vista de un niño, en un zoom sobre su interior y exterior, son la base de la coreografía, según ha explicado en un comunicado la Consejería. Además, la obra está interpretada por cinco bailarines, una mezzo y tres figurantes locales. Tras esta representación el Teatro Central cerrará la temporada el 8 de junio con una experiencia artística de cinco horas seguidas a cargo de nuevos valores de la escena andaluza.

Los talentos de Gabriela Carrizo y Franck Chartier se unen en la dirección escénica y coreográfica de ‘Kind’ (niño), después de que Chartier condujese ‘Vader’ (padre) y Carrizo ‘Moeder’ (madre). En esta las acciones están guiadas por la forma en que los niños perciben el mundo, por sus miedos y deseos.

La pieza traduce en gestos y lenguaje corporal cómo cambia el punto de vista de niños, engrandeciéndose y desarrollándose conforme llega a la adolescencia o a la edad adulta, con sus elecciones, presiones, miedos, dudas y cambios físicos.

‘Kind’ estudia la reacción de los niños ante la ausencia de los padres y cómo niños organizan su mundo a través de la fantasía; los cambios y transformaciones en el espacio y el tiempo, el movimiento y los recursos escénicos --característicos del trabajo de Peeping Tom-- estarán de nuevo presentes en esta pieza. Si en ‘Vader’ el espacio era una casa de reposo o en ‘Moeder’ un museo, la atmósfera de ‘Kind’ es un espacio lejano y huidizo anterior a la creación.

Peeping Tom crea estéticas hiperrealistas sobre escenografías concretas. Además, el espacio cerrado de las situaciones familiares es para Peeping Tom “una importante fuente de creatividad en su búsqueda de las fuentes de la psique”.