Autonomías
La balcanización de Podemos
La ex diputada por Jaén Mercedes Barranco suma la segunda dimisión en una semana en la formación de Teresa Rodríguez: «No me reconozco en la dirección que ha tomado el partido»
La ex diputada por Jaén Mercedes Barranco suma la segunda dimisión en una semana en la formación de Teresa Rodríguez: «No me reconozco en la dirección que ha tomado el partido»
Las múltiples trayectorias del «errejonazo» tiene efectos reflejos en Andalucía. Salió Errejón en Madrid y después Carmen Lizárraga en Andalucía. El siguiente fue Ramón Espinar, Despeñaperros arriba. En la comunidad, Mercedes Barranco. La ex parlamentaria de Podemos Andalucía por la provincia de Jaén ha dejado los cargos que tenía asignados en el partido, tanto en el Consejo de Coordinación –la Ejecutiva–, en el Equipo Territorial de Jaén y en el Consejo Ciudadano Andaluz (CCA), argumentando que «ya no se reconoce en la dirección que ha tomado Podemos Andalucía». La balcanización de la formación abanderada de las confluencias toma cuerpo.
Barranco explica su renuncia en una carta que elevó el pasado 21 de enero a los órganos del partido para comunicar su dimisión, y que publica Diario de Jaén. Barranco sigue los pasos de Carmen Lizárraga, quien además dejó el escaño en el Parlamento tras ser elegida diputada por Granada y sus tareas en el CCA porque su «distanciamiento de las posiciones políticas, organizativas e institucionales de la actual dirección de Podemos Andalucía es cada vez mayor».
Barranco lamenta que Podemos haya pasado «de aspirar a ocupar el centro del tablero político a situarse en sus márgenes» y «de dirigirnos a la mayoría social a dirigirnos a los convencidos». «He perdido la ilusión y no me reconozco en los planteamientos políticos, las estrategias a seguir y la ausencia de los elementos distintivos de nuestros orígenes como la democracia radical», explica. La ya ex secretaria de medio ambiente de Podemos Andalucía indicó que «no es tiempo de rupturas». Barranco apunta a la Ejecutiva que lidera Teresa Rodríguez por «cambiar el rumbo a una mayoría homogénea en el Consejo de Coordinación, seguro de sus decisiones, y en las que la disidencia tiene más carácter funcional que de verdadera pluralidad, se ha convertido en un esfuerzo inútil». Barranco denuncia que en apenas un lustro de existencia «hemos envejecido como si hubieran pasado décadas». Acerca del grupo parlamentario de la pasada legislatura, explicó que funcionaba bien «a pesar de nuestras diferentes perspectivas de la realidad, porque las diferencias nos enriquecían como si fuéramos un sistema vivo con las partes que lo componen colaborando entre sí» y conscientes de que «lo importante era poner las instituciones al servicio de la gente y eso estaba por encima de todo». Barranco confiesa sentirse «orgullosa» de los logros pero haber sentido «vergüenza» cuando creía que «traicionaba» su compromiso feminista al votar en contra de la Ley para la promoción de la igualdad de género en Andalucía.
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