Política
La calor es para el otoño
En la batalla por liderar el PP, Andalucía está sirviendo de campo de batalla para su miríada de candidatos
Junio llega hoy a su fin con unas temperaturas que está facilitando a la política revitalizarse en espera de un tórrido otoño en calores partidistas. Todas las fuerzas políticas atraviesan una fase de rearme, cosa que no es extraña teniendo en cuenta la batería de convocatorias electorales que se avecina a partir de la primavera de 2019. En Andalucía, además, nadie apuesta un dedo por que Susana Díaz no acabe por decidir graciosamente añadir las urnas regionales a las votaciones europeas y municipales. De ahí el trajín que se traen entre manos los partidos en este ya agotado mes de Jano. El verano está ya aquí y el mercurio, benefactor y amable hasta el momento, dictará textos más refrescantes que los exclusivamente relacionados con la bochornosa calorina de la política. Cuando se trata de luchar por el poder, el agua no cuaja en hielo, sino que se gasifica por explosión. En ésas andan. En la pelea por liderar el PP, Andalucía está sirviendo de campo de batalla para su miríada de candidatos. El otro día vino Soraya Sáenz de Santamaría, quien anunció ayer que va a contar con el gaditano Antonio Sanz como contramaestre en la sala de operaciones de la campaña. También ha estado María Dolores de Cospedal y ayer se paseó por Málaga José Manuel García-Margallo, galleando como suele. La gestora, la orgánica y el endecasílabo suelto se lanzan darditos para solaz del resto, aunque tampoco estén para fiestas. Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo siguen su gira andaluza para dar a conocer la candidatura con la que Podemos se engullirá al fin al Partido Comunista andaluz y a sus legionarios. Entretanto, Ciudadanos y PSOE observan desde la lejanía, reparando en que cada uno cuenta en Madrid con menos amigos que franquiciados de conllevancia. El verano está aquí, pero el calor será otoñal.
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