La crisis sanitaria de Granada se recrudececon nuevas dimisiones

La crisis sanitaria avanza de manera desaforada en Granada, llevándose a su paso no sólo a la cúpula de la Consejería de Salud y del SAS, sino también a los gestores del Complejo Hospitalario de Granada. A las dimisiones del viceconsejero de Salud, Martín Blanco, y del gerente del SAS, José Manuel Aranda, conocidas el pasado martes, se suman ahora las de la gerente de los hospitales granadinos, Cristina López Espada; el director médico y presidente de la junta facultativa, Manuel José García Montero; y el jefe de gestión y servicios, Santiago Lanzarote. Una nueva conquista de Jesús Candel «Spiriman» y de los colectivos críticos con la fusión hospitalaria, a pocas horas de que el famoso médico de urgencias protagonice una nueva protesta y presente la asociación que ha creado para emprender medidas judiciales contra diversos representantes de la Administración sanitaria.

Deja el cargo López Espada sin que hayan fructificado las negociaciones que venía manteniendo con los sindicatos para reordenar el mapa sanitario granadino, bajo la consigna –repetida de manera insistente por «Spiriman» y los manifestantes– de dos hospitales completos. Sin embargo, en su despedida, reconoció que seguía creyendo en la fusión hospitalaria. En declaraciones a Radio Granada, señaló que «ahora me encuentro con que el martes se derogó la orden de fusión, por lo que el marco jurídico por el que yo me movía y que me permitía seguir luchando por lo que me he comprometido ha cambiado», generándole «dudas» el nuevo escenario. Junto a ello, «las personas que me eligieron tampoco están aquí y ahora me he quedado sola defendiendo algo que no sé si los que están encima mía defienden». También señaló abiertamente que desconfiaba de las plataformas ciudadanas a la hora de abordar el diseño hospitalario. Un extremo ya conocido porque las excluyó de las negociaciones. «La organización futura parece que la van a diseñar las plataformas», por lo que «sólo puedo presentar mi dimisión».

Hizo algo de autocrítica señalando que en todo este tiempo «se han cometido errores», pero igualmente «hay muchas cosas buenas de la fusión que no deberíamos perder». Entre los errores citó las «deficiencias» en las urgencias, en las listas de espera y la «insuficiente» comunicación con los profesionales para defender la fusión. «Granada necesita dos hospitales completos, aunque el diseño debe venir de la mano de las juntas facultativas, de enfermería y de personal como órganos representativos de los hospitales», insistió. López Espada accedió al cargo el pasado mes de noviembre, cuando empezaron a recrudecerse las críticas contra la fusión. Sustituyó a Manuel Bayona, que tenía la responsabilidad de dirigir los centros hospitalarios de la ciudad desde 2012. Por su parte, la Consejería de Salud reaccionó rápidamente a la dimisión nombrando a una nueva gerente. Será Pilar Espejo, con experiencia profesional en diversos órganos de gestión sanitaria en Almería.

De Youtube a los quirófanos

Cristina López Espada es una reputada cirujana vascular, pero nada más llegar a la gerencia del Complejo Hospitalario de Granada empezó a ser objeto de críticas. Ante el auge del «efecto ‘Spiriman’» –sus vídeos se reproducen en las redes sociales a una velocidad vertiginosa–, decidió contraatacar grabando sus propios vídeos, resumiendo los avances de la negociación. «Ahora vuelvo a operar».

«Spiriman» reclama que la ciudadanía nombre a los nuevos gestores

«Una buena decisión». Así calificó ayer Jesús Candel «Spiriman» la dimisión de la cúpula directiva del Complejo Hospitalario de Granada. En un vídeo grabado en una pausa en su turno de urgencias, Candel reclamó a la presidenta de la Junta, Susana Díaz, que sean los ciudadanos los que nombren a los nuevos gestores de la sanidad pública granadina, especialmente «los del nuevo Clínico». «Queremos una sanidad digna con responsables dignos», subrayó, lamentando que «van a poner a una nueva gerente de tu camarilla», refiriéndose a Díaz. Por ello, propuso como responsable del hospital Clínico a Diego Becerra, que «se tuvo que ir fuera de Andalucía porque Martín Blanco lo echó con mucho estilo».