Andalucía

La llegada del nuevo director de la Bienal «margina» a la Junta

La Razón
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Aunque no es año par, la Bienal de Flamenco ha vuelto a entrar en el centro de la actualidad cultural y política con el nombramiento de su nuevo director, Cristóbal Ortega, que se hará cargo del certamen hasta que el PP acabe su mandato en la Alcaldía de Sevilla. Es decir, hasta mayo de 2015 se espera que haya normalidad en una cita con el flamenco que se ha convertido en las últimas ediciones en un episodio más de las disputas entre el Gobierno local y la Junta de Andalucía, que a cuarenta días de la celebración de la pasada edición eliminó la subvención de 150.000 euros correspondiente a la Consejería de Turismo.

La llegada del nuevo director, que se autocalifica de «gestor cultural con conocimientos de flamenco», ha devuelto los tiras y aflojas debido a su nombramiento, que se ha llevado en solitario por el Ayuntamiento hispalense. La Administración andaluza, desde la Consejería de Cultura, en declaraciones a Ep, lamenta «su marginación», en tanto que siempre ha mostrado su disposición para participar y colaborar en esta cita. Además, desde el departamento que dirige Luciano Alonso se señala que «es un socio importante para su organización». De hecho, la pasada edición colaboró con 100.000 euros más infraestructuras.

Durante la presentación de Ortega, «que llega cargado de ideas», la delegada de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, María del Mar Sánchez Estrella, puso de relieve que su designación surge de un empeño casi personal, después de varios contactos con él en los que se dio cuenta de la valía del hasta ayer gerente de la compañía de la bailaora Eva Yerbabuena. Sustituye a Rosalía Gómez en el cargo y mantendrá el mismo sueldo de 57.000 euros anuales. Le acompañará un equipo de asesores de distintos ámbitos de la cultura, que no cobrarán por ello, según aseguró el propio Ortega. En cuanto a la propia Bienal en sí, la del año que viene contará con un presupuesto de 1,4 millones de euros aproximadamente y será «la cima de una montaña» de actos a lo largo de los dos años entre una y otra. Una programación que tendrá que competir con la Muestra de Flamenco, que la Junta ha programado los años impares en el Teatro Central de Sevilla. Competir, en el sentido de que el director dejó claro ayer de manera reiterada que las actividades se celebrarán continuamente entre ambas citas. Aunque lleva horas en el cargo, deslizó algunos detalles de la próxima cita con el flamenco en Sevilla, pues la del año que viene dejará de lado el carácter conceptual de las últimas tres ediciones, dedicadas al cante, el toque y el baile, para centrarse en el flamenco en su globalidad. Además, quiere relanzar el prestigio del festival para que sean las compañías la que quieran participar «en algo que sólo sucede en Sevilla». Entre otros detalles de la próxima edición, apunta que será de menor duración, pues se buscará la calidad en vez de la cantidad, y que habrá una apuesta clara por impulsar coproducciones con otros festivales flamencos.