Caso Marta del Castillo

La lluvia frena la tarea del georradar tras una larga jornada de búsqueda

La familia asegura tener «el alma en vilo» ante la posibilidad de encontrar de una vez el cuerpo

La lluvia frena la tarea del georradar tras una larga jornada de búsqueda
La lluvia frena la tarea del georradar tras una larga jornada de búsquedalarazon

«Tenemos el alma en vilo». José Antonio Villanueva, el abuelo de Marta del Castillo, no se movía del arcén de la C-433, a escasos metros del acceso a la finca Majaloba, camino de La Rinconada. Efectivos de la Policía judicial, dos unidades de intervención (UIP) y un zeta, con la ayuda del georradar y una excavadora, iniciaban la enésima búsqueda del cuerpo de la joven desaparecida en enero de 2009. Antonio del Castillo, el padre, seguía paso a paso cada movimiento sobre el terreno, como en otras ocasiones. Pero ésta es distinta. La familia está «muy esperanzada» en que la séptima versión de Miguel Carcaño, en la que carga a su hermano el asesinato, permita hallar los restos y «descansar por fin».

Fue un día largo, de enorme expectación, aunque poco fructífero. De forma paralela se montaba todo un circo mediático al otro lado de la carretera. Periodistas, fotógrafos, cámaras y hasta dos octocopter –dispositivos de control remoto que permiten captar imágenes aéreas– se arremolinaban en la zona. La lluvia, intermitente toda la jornada, suponía un hándicap para los trabajos. Según las primeras informaciones oficiales, la señal del georradar rebota por la humedad del terreno y las previsiones de agua se mantienen en las próximas horas. Hace apenas unos días se ha retirado la cosecha del maizal allí plantado y una excavadora allana una amplia parcela, la más próxima a la carretera, de una finca de alrededor de 10.000 metros cuadrados.

El geofísico Luis Avial dijo tener «datos suficientes» como para estar «convencido» de poder hallar los restos de Marta. De hecho, llegó a expresar su confianza en que del análisis de los datos obtenidos con el georradar se pudiera obtener un emplazamiento exacto en el que realizar nuevas excavaciones. Las labores de medición se sucedieron e incluso se abrieron varias zanjas de escasa profundidad –como se puede comprobar en las imágenes–, aunque la Policía Nacional negó que fuesen los puntos concretos que el primer informe reflejaba. Lo único que de forma oficial se comunicó fue que el georradar había podido ser utilizado en algunas zonas que sí se encontraban secas. La búsqueda continuará hoy, después de casi doce horas ininterrumpidas, y pese a que las previsiones de lluvia son del 90%. Se confía en que los resultados científicos –se analiza el terreno en cuadrícula– resulten más certeros con la parcela totalmente despejada. Mientras, la familia mantiene la ilusión de encontrarlo y poder pasar página, al fin.