«La misma Consejería declara un área inundable y urbanizable»

SEVILLA- «Los políticos se pelean mientras la historia interminable se repite», lamenta el miembro de Ecologistas en Acción Juan Clavero. Las estampas acuosas de distintos puntos de Andalucía que han mostrado estos días los telediarios «volverán a producirse de forma recurrente, si no se toman medidas», advierten varios integrantes de esta organización.

No hay tiempo que perder, dicen. Aunque, en ocasiones, lo que no hay es dinero. En ese sentido, recuerdan que en los Presupuestos de la Junta de 2012 constaba una partida destinada a las obras del arroyo Argamasilla de Écija (Sevilla), iniciadas en 2008 que de «nada sirvió». De hecho, pese a que el final de los trabajos estaba previsto para mediados de 2012, como recordó el alcalde del municipio, el popular Ricardo Gil-Toresano; el encauzamiento de la corriente está parado desde hace casi un año y los vecinos han revivido el miedo al agua al cuello.

Pero, ¿es sólo cuestión de fondos? Según los ecologistas, no.

Clavero apunta otra causa de la falta de freno a las consecuencias de las periódicas riadas: «La escasez de control de las administraciones». «Se ha permitido la construcción de viviendas en zonas de dominio público que eran inundables, por ejemplo, en Córdoba», recuerda para apostillar: «Y en vez de tirarlas, los políticos se ponen las botas y van a visitarlas». Da una vuelta de tuerca en su argumentación: «Es más –señala– la misma Consejería que declara un área inundable, permite luego que sea urbanizable, a menudo incumpliendo la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA)», lamenta. Se refiere al departamento de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente que dirige Luis Planas, quien también asumió las competencias en ordenación del territorio.

Desde otro de los puntos que ha sufrido nuevos episodios de inundaciones este invierno, el entorno del Guadalete, Ecologistas en Acción Jerez, en Cádiz, coincide en que «el problema no está en la crecida del río en sí o en la gestión de los desembalses, sino en la ocupación de las riberas y la llanura» de la corriente, así como en la «no ordenación de las zonas inundables y el escaso control urbanístico de este espacio».

Frente a quienes plantean que para evitar las avenidas «se debe dragar el río, hacer obras de defensa, encauzamientos, canalizaciones o construir más presas», los activistas defienden que las alternativas para minimizar el problema pasan por «proteger la llanura de inundación y las riberas, cambiar las prácticas agrarias y recuperar el régimen de caudales ecológicos». Abogan por «un cambio en el modelo de uso y gestión del agua y la llanura».

Los vecinos de Mogón, nerviosos ante la alerta por lluvias

Los vecinos de Mogón, pedanía del municipio de Villacarrillo, en Jáen, donde la pasada semana fueron desalojadas 245 personas de sus viviendas de forma preventiva ante la amenaza de desbordamiento del Guadalquivir, vivieron la jornada de ayer con «nerviosismo» y con los ojos puestos en el río. ¿El motivo? La alerta amarilla por lluvias prevista para la sierra de Cazorla y Segura.