Sevilla

La pobreza se cronifica

Cáritas alerta de que la exclusión y las necesidades de las familias «consolidan un modelo de sociedad dual»

La indigencia sigue siendo habitual en las calles
La indigencia sigue siendo habitual en las calleslarazon

Mañana es la festividad del Corpus Christi, día de la caridad, por lo que las Cáritas Diocesanas realizaron ayer balance de un año en el que, a pesar de los anuncios de recuperación, las necesidades siguen aflorando en muchas familias andaluzas. En Sevilla, el director de la institución dependiente de la Iglesia, Mariano Pérez de Ayala, alertó de que se está creando una «pobreza crónica que se intensifica y no disminuye y que consolida un modelo de sociedad dual». Un mensaje preocupante y que, a su juicio, «va más allá de la superación de la crisis». En este contexto, Pérez de Ayala dio un toque de atención a las administraciones, puesto que «se están olvidando de los que padecen más necesidades». «La grandeza de una sociedad está en cómo trata a sus miembros más desfavorecidos», recordó, al tiempo que pidió a los gobernantes –de los ámbitos local y autonómico– que «pongan en el centro las políticas para luchar contra la pobreza, la exclusión y la desigualdad».

El año pasado, Cáritas Diocesana de Sevilla atendió en la provincia a 65.039 personas, una cifra que no se ha visto aumentada, aunque la secretaria general de la institución, Auxiliadora González, remarcó que «se ha mantenido el proceso con las personas y familias atendidas, de forma que no sólo sea una ayuda puntual, sino un trabajo continuado».

Se destinaron un total de 4.016.216 euros, un 18,8 por ciento proveniente de subvenciones públicas. El 82 por ciento restante lo aportaron los socios y donantes. La alimentación sigue siendo la necesidad básica, aunque González destacó el crecimiento de las demandas en relación a la vivienda, que concentra un 34 por ciento de las ayudas.

En Córdoba, la institución atendió, a través de sus 167 Cáritas Parroquiales, a cerca de 120.000 personas en toda la provincia, lo que supone un 30 por ciento menos (casi 70.000 personas) que en 2013. Sin embargo, esto no implica necesariamente una disminución de los niveles de pobreza y exclusión social, ya que se da la circunstancia de que «las Cáritas Parroquiales han llegado al límite de sus recursos», según apuntó el secretario general de la institución, Salvador Ruiz.

En Jaén, el número de atendidos alcanzó los 38.793 (4.106 personas más que en 2013), con lo que 122.354 personas se beneficiaron de los recursos y programas de la organización, lo que supuso 8.536 beneficiarios menos que en el ejercicio anterior. El dato se justifica por el aumento de quienes acudieron a la entidad procedentes de niveles medios urbanos (nuevos pobres), con menos miembros en sus familias y con necesidades derivadas de la crisis económica.