Junta de Andalucía
La sanguijuela en la Junta
Si el amable lector entra en la página web de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía –que no acaba de entender uno para qué va hacer nadie semejante pavada–, comprobará que su ordenador se ralentiza y se calienta. Esto es debido a que un pirata lo está utilizando para hacer cálculos y, escrito sea en la jerga de los informáticos, le ha encasquetado un minero de criptomonedas sin preguntarle... y sin que el beneficio sea para usted, naturalmente. Si el hacker está a sueldo del bienintencionado gobierno regional o de unos malévolos espías con base en alguna antigua república soviética, lo mismo da. El caso es que «alguien» en la Administración autonómica emplea los recursos del contribuyente para ganar dinero, lo que confirma, por si hacía falta, su carácter parasitario. Un ejecutivo andaluz residente en Londres, experto en el comercio de bitcoin y ethereum, acertaba ayer con el calificativo: «Puedes usar la palabra sanguijuela, describe exactamente cómo se comporta este archivo malicioso con el usuario». El bicho lleva ya tres días trabajando para sus creadores sin que nadie acierte a poner coto, y allá cada cual interprete si esta tardanza se debe a la proverbial galbana juntera, a la mera inepcia de quienes allí pacen o a que algún asesor con estudios –no se asuste nadie, tampoco abundan– ha decidido tomar un atajo para zanjar el asunto de la financiación, vista la rentabilidad fabulosa que produce este tipo de inversiones. Cuentan en San Telmo, aunque el dato no está confirmado, que el apabullante currículo académico de la presidenta Díaz incluye un máster de 800 horas en finanzas 3.0 impartido vía Skype por un gurú de Silicon Valley. Compartía aula con Moreno Bonilla y ambos lo cursaron con gran aprovechamiento. O tal vez no.
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