Política

Bruselas

Lluvia en el barrizal

La presidenta de la Junta, Susana Díaz, al resguardo del temporal/Foto: Efe
La presidenta de la Junta, Susana Díaz, al resguardo del temporal/Foto: Efelarazon

Isabel García Tejerina comparando a los niños castellanos con los andaluces encendió la mecha y el bidón de gasolina explotó, lógicamente. Como suele suceder, la onda expansiva no ha hecho distinciones y hasta Juanma Moreno ha terminado con cierto olor a chamusquina a su alrededor. Eso se llama fuego amigo y generalmente hay que aguantarse. Alfred Hitchcock no quería en sus películas ni a niños, ni a animales y ni a Charles Laughton porque la cinta se podría ir al traste en cualquier momento. Aún es pronto para saber si ha sucedido esto en el seno del PP-A, que había arrancado la semana con mejor cara una vez que la jueza Pilar Ordóñez puso otra vez la lupa en el «método ERE». Qué mala suerte, tuvieron que llegar las dichosas comparaciones. Torear con compañeros de partido que te empitonan a la primera de cambio no debe ser fácil. Las reacciones no se han hecho esperar, porque la infancia no se toca y menos la de uno. En contra del director británico se amontonan miles de títulos de películas exitosas donde los niños son un reclamo melodramático para que el espectador se conmueva. La ecuación era perfecta para Susana Díaz: «Es lamentable, insulta a toda una tierra, a Andalucía, a nuestros hijos, a lo más sensible que tiene una comunidad: sus niños». El dramón por las disparatas palabras de la ex ministra, que no se sostienen por su propia argumentación, han calado como no lo han hecho las escandalosas cifras del desfalco millonario de los ERE y todo aquel que se juega el escaño ha sacado pecho por las criaturas andaluzas, aunque luego llegue el invierno y tengan que aprender la tabla del siete con abrigo y bufanda sin que nadie se acuerde de ellas. Puro «Ladrón de bicicletas» con padre humillado e hijo lloroso de vuelta a casa por las calles de Roma, que es lo que le viene de perlas a la campaña electoral. Sentimentalismo y victimismo frente a los «supremacistas» del norte.

Facturas ilegibles

De fondo a este drama infantil, el dinero entregado sin justificar sigue aflorando. ¡Más madera! Desde el TSJA se ha condenado a la empresa Matsa, que debe devolver a la Junta de Andalucía los 10 millones de euros de incentivo que le entregó el Gobierno de Manuel Chaves, cuya hija trabaja en esa compañía. ¡Más madera! La sustituta de la jueza Núñez Bolaños ha dado 45 días para que se entreguen los justificantes del dinero de las transferencias de financiación de todas las consejerías. ¡Más madera! Se ratifica por parte de la intervención la existencia de facturas ilegibles en un «ente extinto» de Almonte donde se gastaron más de 5 millones de euros en ayudas con conceptos realmente peregrinos. Algunas compras almonteñas: un par de botas, 15 cazadoras, 200 gorras, sacos de yeso o semen de caballo, además de una polaina, un botín, un sombrero y un fajín, que suena a estribillo de canción infantil. Dentro de este bazar turco donde todo se vende y se compra no podían faltar las inevitables tres chisteras, siempre salen.

«Tres sombreros de copa»

Cualquiera sabe que para quedarse con el público hay que hacer el juego de las chisteras, da igual si de dentro sale una paloma, un conejo o se produce una pequeña explosión. Lo importante es que la gente se quede mirando los tres sombreros de copa mientras el mago hace el truco y lanza la bomba de humo para desaparecer. Pura estrategia para quedarse con el respetable en su propia cara. Si esto lo hubiera escrito Miguel Mihura al menos tendría la gracia de su «Tres sombreros de copa», donde al protagonista se le ponía cara de chubesqui cuando se los probaba la noche antes de su boda. ¿Humor absurdo?, poco en esta precampaña con Pedro Sánchez y Pablo Casado quitándoles el sitio a sus subordinados. «Estoy contigo, estamos contigo», dijo ayer el presidente del Gobierno en Sevilla para descartar cualquier duda o división de criterios en el seno del PSOE-A. La familia siempre la familia, en lo bueno y en lo malo. Nunca hay que despreciar un quite en su momento y mucho menos un plan para acabar con el desempleo en el proyecto de presupuestos para 2019, siempre que en Bruselas nos aprueben los deberes. Ya ha habido un toque enmascarado en requerimientos técnicos al borrador presentado, pero eso es lo de menos y la promesa de trabajo siempre funciona. Sánchez llega bajo una lluvia pertinaz que ya crea charcos grandes en el «barrizal», donde los resbalones son más que probables y los argumentos para defender la buena praxis en el reparto de fondos públicos cada vez más escasos. Vista la foto del panorama político de ayer, la batalla por la Moncloa ya ha comenzado por mucho que se empeñen los líderes regionales. El 2D se va a jugar mucho más que el control de San Telmo, se va a llevar a cabo un test de estrés para sacar las primeras conclusiones de por dónde irá la fiesta en los próximos meses. Andalucía, de protagonista a territorio de pruebas, mientras el agua no deja de caer ni de subir.