EPA
Los hogares andaluces con todos en paro se triplicaron en una década
El porcentaje de éstos con sus activos desempleados fue de 5,83 en 2006, mientras en 2016 se elevó hasta el 17,05
El porcentaje de éstos con sus activos desempleados fue de 5,83 en 2006, mientras en 2016 se elevó hasta el 17,05
Las estadísticas reflejan a veces el espesor de realidades en las que muchos se aglomeran e incluso sus oscilaciones. Hay una a la que se puede acceder a través del portal que el Gobierno andaluz sustenta en internet y que se refiere a la relación con el empleo de las personas que han integrado hogares en la comunidad durante 27 años: desde 1989 hasta 2016. Unos datos, soportados en la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE), que dibujan algún significativo salto hacia atrás.
Para arrancar, de acuerdo a los elementos técnicos engranados al cuadro con las cifras, se entiende por hogar la persona o el conjunto de éstas que «ocupan en común una vivienda familiar principal o parte de ella y consumen y/o comparten alimentos u otros bienes con cargo a un mismo presupuesto». Éste puede ser unipersonal, mientras que la considerada «familia» tendría que constar, al menos, de dos miembros. A ello se suma que los integrantes de un hogar multipersonal no han de estar necesariamente emparentados.
Otro parámetro a tener en cuenta es que se denomina población activa al subconjunto de personas de 16 o más años que, durante el periodo de referencia atendido, trabajaba «en la producción de bienes y servicios económicos» o que estaban en disposición de hacerlo y realizaban «gestiones para incorporarse» al mercado laboral. Dicho de otro modo, la componen los ocupados y los que buscan empleo. Aclarados esos conceptos, si en 1989 el porcentaje de hogares de la región con todos sus activos parados se elevaba al 13,40, en 2016, éste era de 17,05. Si bien, hay otro matiz a observar a la hora de leer los registros: a partir de 2001, que entró en vigor un reglamento de la Comunidad Europea (CE) sobre la consideración de desempleado, los datos ligados a ese colectivo no son directamente comparables con los de periodos anteriores.
Aquel año el mencionado porcentaje fue de 8,40, el siguiente de 9,15 y en 2003 de 9,01. El ejercicio posterior se redujo hasta el 8,35 que volvió a descender el consecutivo hasta un 6,75 y más aún, hasta el 5,83 en 2006; casi tres veces menos que la cifra a la que se llegó una década después, en 2016, con un 17,05. En esos diez años la marca más baja fue para 2007, con un 5,75 y el pico superior se alcanzó en 2013, con un 21,93 por ciento de hogares con todos parados. Poco varió en 2014, con un 21,62. En 2012 se contabilizó un 20,48, mayor que el 18,53 de 2015, al 17,7 de 2011 y al 15,29 de 2010. Por último, en esa década, en 2009 se anotó un 13,60 y en 2008 un 8,89.
Fue también en 2013, año en el que accedió a la Presidencia de la Junta la actual máxima dirigente de ésta, Susana Díaz, cuando se produjo el récord de esos diez años en cuanto a los hogares con al menos la mitad de sus integrantes activos desempleados, con un 43,03. Se convirtió en el porcentaje más alto desde 2001; seguido del 41,55 de 2014 y el de 40,61 de 2012. El dato menor de esa hilera corresponde al ejercicio de 2006 con un 15,13 y a 2007, con 15,45.
La referencia de 2017 no consta, al no haberse derretido éste aún, si bien, según la explotación detallada de la EPA que elabora el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía, en el segundo trimestre de este año, el número de hogares en los que todos sus miembros activos estaban parados fue de 334.200, 31.900 menos que el trimestre anterior (8,7 por ciento). En relación con el mismo trimestre de 2016, esos núcleos descendieron en un 18,5, lo que supuso 76.000 menos.
Picos de pobreza
Y hay otro indicador social accesible en la misma web del Gobierno autonómico: el de hogares situados por debajo de la línea de la pobreza relativa, definida ésta como «el 60 por ciento de la mediana –media– de la distribución de los ingresos anuales por unidad de consumo» de las viviendas. Los últimos se han obtenido dividiendo los ingresos totales del hogar entre el número de las mencionadas unidades que se han calculado en este caso como la suma del peso que se adjudica a cada miembro, de acuerdo a la Escala de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) modificada. Es de nuevo una estadística de elaboración propia del Ejecutivo regional, pero a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del INE, según la cual, el mayor porcentaje de residentes entre 2004 y 2015 en viviendas principales sin lo mínimo necesario para lograr un cierto nivel de vida se dio en la región en 2011. ¿Qué se registró? Un 21,3 –la línea de pobreza medida en euros fue de 5.936–. El siguiente más alto, el de 2009: un 20,9 –6.505,8–. Y hubo un 20,5 en 2014 y 2015 –6.233,7 y 6.260,7 euros, respectivamente–.
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