Andalucía

Maquillaje

Sede de Canal Sur en Sevilla / Foto: Manuel Olmedo
Sede de Canal Sur en Sevilla / Foto: Manuel Olmedolarazon

El gobierno regional va a acometer la (necesaria) reforma de la radiotelevisión autonómica, al fin, pero hasta aquí llega la analogía arquitectónica porque para reformar la casa en profundidad, no va a comenzar con el necesario derribo mediante piqueta que requiere una estructura podrida por treinta años de vasallaje político en los informativos y zafiedad olímpica en el resto de la programación. Al contrario, perpetrarán el maquillaje con «veranidad» y alevosía, en estos meses de guardia baja en los que todo desmán queda diluido en el sopor de la canícula y a finales de agosto, cuando queramos darnos cuenta, la tragedia permanecerá entre nosotros en forma de hecho consumado. La herencia de un aparato propagandístico es una tentación a la que no hay partido capaz de sustraerse e incluso quienes clamaron durante décadas por su desmontaje abordan la tarea empuñando un delicado pincel cosmético en lugar de blandir la catártica, bendita, motosierra. La gobernanza es también, sobre todo, el arte del disimulo: he aquí un adagio incuestionable que Maquiavelo se olvidó de formular. Apoyada en un lobby sindical que ha logrado convertir a Canal Sur en la cadena de televisión de Occidente con un coste mayor por espectador, la nueva dirección del ente perpetúa los privilegios de una plantilla desproporcionada e improductiva en detrimento de unos contribuyentes que sufragarán prejubilaciones de las de antes, con condiciones más propia de la Escandinavia de los noventa que de la arruinada Andalucía hodierna, a la que se le viene encima otra recesión. Al tripartito se le llenó la boca con la palabra chiringuito... pero acaban de comprarse el más grande de la playa, para que no pare de tronar el chunda-chunda de la propaganda gubernamental desde el cafelito mañanero hasta la madrugada profunda.