Andalucía
Protesta por la pasta
Oxfam Intermón, una empresa con sede en Londres que rinde beneficios millonarios y que es célebre entre otras razones menores por su labor auspiciadora de la prostitución en Haití, adivinó la semana pasada que el nuevo gobierno regional se dispone a «revertir derechos fundamentales y cuestionar pilares que garantizan la justicia social». El lector podría preguntarse qué le importará a una multinacional británica la política andaluza, pero basta con asomarse al BOJA para comprobar que la Junta de Andalucía le entregó casi 300.000 euros para un programa de «soberanía alimentaria de la mujer en Nicaragua» (sic), quiera esto decir lo que sea. (...). Mientras Moreno Bonilla discurseaba ayer en el Parlamento, alrededor de 2.000 manifestantes acarreados por las asociaciones convocantes protestaban preventivamente contra su nonato gobierno. Al menos veintitrés de estas asociaciones figuran en el citado BOJA entre las agraciadas por subvenciones junteras recientes por cantidad cercana al millón de euros, que se duplicaría con holgura sumando los fondos allegados por ayuntamientos, diputaciones, mancomunidades u otras instituciones dirigidas por la izquierda, cuyos representantes fueron vitoreados con el entusiasmo del pedigüeño que celebra al limosnero (ninguna de las feministas presentes reprochó nada a nadie del partido cuyos altos cargos se solazaban con el amor mercenario de las mozas del club Don Angelo). Llamar chiringuitos a estas trituradoras de dinero público sería gravemente injurioso... para los propietarios de tan dignos establecimientos de hostelería playera, desde luego, pero el símil sirve para explicar el origen de este rechazo cerval a los nuevos mandarines autonómicos: temen que sin la argamasa económica que aporta el político amigacho, el chiringuito se les venga abajo.
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